Los ríos San Juan y Álamo serán utilizados junto con las presas internacionales Amistad y Falcón para el pago al Tratado Internacional de Aguas de 1944 entre México y Estados Unidos, ello como una medida emergente debido a la sequía que registran los afluentes aforados para el tributo, entre ellos el río Conchos.
El ingeniero Mario Mata Carrasco, Secretario de Actas de la Asamblea General de Usuarios del Consejo de Cuenca del Río Bravo explicó que con el Acta 331 que se firmó la semana pasada en Ciudad Juárez cambia radicalmente la interpretación del tratado debido a que se entregaba a EU aguas broncas y el acta establece que las presas de los ríos aforados como son Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Arroyo de las Vacas puedan abrirse al llegar al nivel de agua máximo ordinario (NAMO), es decir, que se pague con aguas contenidas en las presas y no escurrimientos.
Además dijo que el uso de los río no aforados del río Bravo, como son el San Juan y Álamo es una de las propuestas que ya Chihuahua había puesto en la mesa, sin embargo en una primera instancia no se aprobó. Ahora con el Acta 331 quedó firme el acuerdo para que estos afluentes puedan aportar al tratado en esta situación emergente.
El ingeniero Mata informó que esta acta ya se había anunciado desde el 2020, pero fue hasta el pasado jueves cuando se realizó la sesión de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), donde participaron la comisionada de México, Adriana Beatriz Carolina Reséndez Maldonado y la comisionada de EU, María-Elena Giner, quienes firmaron el Acta 331, además de los secretarios Manuel Alejandro Morales Galván por la parte mexicana y Sally E. Spener secretaria de la sección estadounidense.
El acta es el resultado de un acuerdo que hubo en el año 2020, cuando se terminó el ciclo 35 y se estableció que se hiciera un acta para mejorar la confiabilidad y predictibilidad de las entregas del agua del río Bravo en beneficio de México y EU a fin de que en un futuro no se presente una situación similar.
El ciclo 35 debía terminar sin faltante debido a que el ciclo 34 cerró con un faltante por parte de México, “Se abrieron las presas de México y se entregaron 440 millones de metros cúbicos de agua de manera ilegal, porque se utilizaron aguas concesionadas y también pues al final hubo que tomar agua de parte de Estados Unidos todo esto conforme a lo establecido en el tratado para poder cubrir las necesidades de consumo de uso público urbano en las ciudades de Tamaulipas y una ciudad de Coahuila”.
El Acta 331 tiene una vigencia de 5 años, por lo cual para diciembre de 2029 deberá firmarse una nueva acta para regular o cambiar lo que se está autorizando en esta acta, es decir, si los ríos antes mencionados seguirán aportando.
Esta acta además establece que en un ciclo normal, cuando México esté por debajo del promedio podrá utilizar tres mecanismos: pagar con la parte del tercio que les corresponde a México; pagar con las dos terceras partes de EU pero modificando el porcentaje; y pagar con las presas internacionales.
Actualmente México se encuentra por debajo del promedio de aportación al tratado, por lo que se podrán aplicar estas medidas.
Son medidas que Chihuahua ya había solicitado en el seno de la Comisión de Cuenca del Río Bravo, por lo que el ingeniero señaló que ahora la solicitud la hacen ambas secciones del CILA.
El acta además asienta que México y EU podrán realizar inversiones conjuntas para modificar la infraestructura en toda la cuenca del río Bravo para que haya mayor confiabilidad en poder entregar ese compromiso con Estados Unidos y la calidad del agua.
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El uso de las aguas del río San Juan, afluente que atraviesa por Nuevo León y Tamaulipas, que además abastece la presa El Cuchillo, también se hace posible. “Este río no tiene obligación de entregar, pero se establece que parte de lo que entregue sea asignado a EU, siempre y cuando tenga capacidad”. En la misma circunstancia.
El ingeniero Mario Mata explicó que además establece que las presas de los ríos aforados puedan abrirse en el nivel de agua máximo ordinario (NAMO) a fin de que se entregue toda el agua que supere el NAMO, sin necesidad de esperar a que viertan.
“Esto cambia radicalmente la naturaleza del tratado, el cual habla de escurrimientos, que se había interpretado que el tributo era con aguas broncas y no de aguas retenidas en las presas, las cuales se usan para cumplir con las concesiones de los usuarios de los sistemas de riego”.
El ingeniero Mario Mata resaltó que esta acta cambia notablemente la forma de interpretar el tratado debido a que los excedentes y demasías se iba contabilizado el tributo al río Bravo.
Cabe mencionar que Chihuahua enfrenta una sequía bastante severa, y el río Conchos es el que más aporta al Tratado, a la fecha se ha declarado en emergencia por sequía, situación que apunta a una grave crisis económica, de empleabilidad y social, debido a que no hay agua en las presas para un ciclo agrícola normal, se hará uso de pozos de auxilio que permitirá la sobrevivencia de árboles frutales y perennes. El único distrito de riego que cuenta con agua es el 090 en Ojinaga, pero para un ciclo restringido.
Hay que recordar que el ciclo 36 que inició el 25 de octubre de 2020 terminará el 24 de octubre de 2025.
Publicado originalmente en El Heraldo de Chihuahua
