José Noriel P.G., a quien fuera conocido como "El Chueco", fue abatido el día sábado 18 de marzo en Choix, un pueblo serrano en el estado de Sinaloa. Era uno de los más buscados de México, por los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales, junto con Pedro Heliodoro Palma y Paul Berrelleza Rábago, cometidos el 20 de junio de 2022.
De acuerdo a la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, era un líder criminal que encabezaba al grupo Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa en la zona de las barrancas y sus alrededores. Se le consideraba el “encargado de plaza” en Urique y sus alrededores.
Y es que había escalado en la organización criminal hasta convertirse en un hombre de confianza de Los Salazar, familia que lidera a la Gente Nueva, para quienes servía a lado de sus hermanos, primos y otros parientes, cubriendo otras plazas en la Sierra Tarahumara.
De acuerdo a archivos del Ayuntamiento de Urique, así como del Congreso del Estado, el padre del Chueco era
Carlos P. M., quien fungía como director de Seguridad Pública por lo menos hasta el año 2020. Por lo que ha sido señalado por presuntamente brindar protección a su hijo, así como filtrar información y apoyo logístico en las actividades criminales.
La influencia de José Noriel P.G., “El Chueco”, siguió creciendo. De manera que presuntamente habría ayudado a Mayra Díaz Gutiérrez a llegar a la alcaldía de Urique. Puesto que dos hermanos de ella eran pistoleros de Gente Nueva a cargo de Mesa de Arturo y en la comunidad de Cieneguita de Trejo.
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La masacre de Cerocahui
El 20 de junio de 2022 pasadas las 11 de la noche, la Fiscalía General del Estado informó que tres personas habían sido asesinadas dentro de la iglesia de la comunidad serrana de Cerocahui. Y trascendió de inmediato que los fallecidos eran sacerdotes.
Al día siguiente se confirmaron los hechos: Las víctimas eran dos sacerdotes, identificados como los jesuitas Javier Campos Morales, Joaquín César Mora. Y otra persona, quien al parecer, buscaba refugio en el templo cuando fue alcanzado por su agresor.
Para entonces, Ricardo Palma Carbajal había denunciado en redes sociales que su padre Pedro Palma había sido privado de la libertad. Se trataba de un guía de turistas, a quien sacaron de un hotel a la fuerza. Posteriormente se supo que se trataba de la tercera víctima.
El día 22 de junio, la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, quien se encontraba en el municipio de Urique, informó a través de las redes sociales que habían localizado los tres cuerpos, plenamente identificados como las víctimas del ataque en la iglesia de Cerocahui. Además de las víctimas anteriores también se encontraba el joven, Paúl Berrelleza Rábago.
Más tarde ese mismo día, el exfiscal general del estado, Roberto Fierro, informó en una rueda de prensa, que el culpable de los hechos era José Noriel P.G. alias el Chueco, quien presuntamente se había enojado por un juego de beisbol, por lo que emprendió los hechos violentos.
Desde ese día, se buscaba al Chueco. Se realizaron numerosos operativos en la Sierra, que tuvieron como resultado la detención de más de 30 presuntos criminales, miembros de Gente Nueva e incluso familiares del Chueco.
Durante la persecución, incluso se difundió un presunto video del Chueco, donde se deslindaba de los homicidios, y se los atribuía a alguien más. Sin embargo esta versión no se correspondía con la reconstrucción de los hechos y fue descartada de inmediato.
Por otra parte, la detención de los criminales vinculados con el Chueco, estaba debilitando la presencia del grupo armado en la región de Urique, o así lo consideraron las autoridades, quienes anunciaban que cada día se encontraban más cerca de la captura del peligroso pistolero.
Pero que el Chueco siguiera en libertad seguía causando inquietud entre los habitantes de la Barrancas, especialmente entre la comunidad jesuita, misma que realizó diversas protestas y se mantuvo exigiendo justicia a las autoridades, cada vez que se cumplía un mes más de los lamentables hechos de Cerocahui.
Precisamente, el pasado 20 de marzo se cumplieron nueve meses, razón por la cual se realizó una reunión con Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, la gobernadora, Maru Campos, y representantes de la Compañía de Jesús. Estos últimos exigieron seguridad para sus integrantes y las comunidades serranas quienes viven bajo la amenaza del crimen organizado.
Reportan presunta muerte del Chueco
Finalmente, la historia del Chueco parece haber terminado a sus 30 años (nació en 1992) con una muerte violenta. De acuerdo a informes de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, el cuerpo del líder criminal fue encontrado en Choix, una comunidad serrana del estado de Sinaloa.
Según informes oficiales, el asesinato del Chueco habría ocurrido el día 18 de marzo, pero su muerte fue reportada por autoridades de Sinaloa hasta el día de hoy, sin que se conocieran muchos detalles sobre cómo ocurrió tal hallazgo.
Sin embargo, informes posteriores afirman que la hermana del mismo habría confirmado su identidad, y el cuerpo ya está siendo velado por la familia, en Los Mochis, Sinaloa, mientras la Sedena vigila la funeraria.
Actualmente, la Fiscalía General de Chihuahua colabora con la de Sinaloa para corroborar formalmente el deceso de José Noriel P.G, el Chueco.
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Otros crímenes de alto impacto atribuídos al Chueco
Desde antes de la masacre de Cerocahui, “El Chueco” era investigado por otros crímenes de gran impacto en la sociedad, como el asesinato del turista estadounidense, Patrick Braxton Andrews, en noviembre de 2018, quien viajaba por la región de las barrancas.
Posteriormente se señaló que el turista había sido confundido con un agente de la DEA y asesinado por el Chueco y su grupo.
El Chueco también era buscado por el homicidio del activista Cruz Soto Caraveo en 2019, quien al parecer fue privado de la vida por el grupo armado Gente Nueva.
Según la Fiscalía General del Estado, Cruz Soto se enfrentó al Chueco cuando ya no le quiso prestar las tierras para sembrar cultivo de droga, que terminó con la muerte del activista.
En octubre de 2019, los comerciantes Javier Muñoz Pérez, Juan Antonio Martínez Martínez Parra y Rubén Flores Cisneros viajaron de Zacatecas a Chihuahua para comercializar cobijas y diversos artículos, sin embargo, desaparecieron en Urique. Y se teme que fueron víctimas de este grupo criminal.
Publicado originalmente por El Heraldo de Chihuahua