Ante la problemática de la muerte de cientos de peces en la Laguna de Bustillos, Ismael Ortiz Aguirre, profesor investigador de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), compartió que una de las posibilidades por las que pudieron haber muerto los peces, es por el incremento de amoniaco en el cuerpo de agua, el cual se logra reducir con las lluvias que desde hace varios meses se han mantenido bajas.
Durante las últimas semanas, desde que se informó sobre la muerte de los peces en este cuerpo de agua, el cual se encuentra a sólo 10 minutos de la ciudad de Cuauhtémoc, se ha especulado que hubo un mal manejo del agua y que la falta de lluvias también fue responsable de que los animales perecieran.
Sin pruebas concluyentes que aclaren lo sucedido, Ortiz Aguirre especuló que la causa podría haber sido un aumento en los niveles de amoníaco en el agua, que podría deberse a la acumulación de orina de los peces y a la falta de lluvias, combinadas con el calor que evaporó el agua, modificando la concentración de este químico.
Este compuesto es muy tóxico y aletarga a los peces, de acuerdo a lo que explicó el doctor, por lo que sugiere que lo ocurrido con los peces en Laguna Bustillos fue una intoxicación por un aumento de amoniaco.
Ortiz no descarta que la mortandad de los peces se deba a un mal manejo por parte de las autoridades responsables de esta zona, sin embargo, mencionó que esta negligencia también involucra a la sociedad en general y que la sequía ha contribuido a agravar la problemática.
No obstante, hizo hincapié en que esta situación es por parte del calentamiento global y sucede en múltiples cuerpos de agua importantes alrededor del mundo, como en el Lago de Chapala, de Pátzcuaro y de Texcoco, los cuales también se registró un bajo nivel de agua.
“Esto no significa que sea la causa principal de la mortandad de los peces, sería precipitado que lo digamos, principalmente porque no tenemos un estudio exacto de lo que está pasando en la Laguna Bustillos”, explicó el profesor al reiterar que se necesita de un análisis a profundidad para tener una causa exacta de la muerte de los peces en este cuerpo de agua.
El doctor comentó que la especie de peces que murieron en la Laguna de Bustillos es la carpa común, una especie introducida que no es nativa de Chihuahua. Esta especie fue traída a la laguna en los años 70 por el gobierno mexicano desde Asia debido a su eficiente crecimiento y población del lugar.
“Esta especie crece muy rápido y con muy poquito requerimiento, no es muy delicado y como prácticamente comen lo que sea, entonces el gobierno las trae a los cuerpos de aguas con el objetivo de que la gente pudiera pescar y acceder a proteínas de buena calidad”, comentó Ortiz.
Añadió que esta especie de pez puede soportar temperaturas superiores a los 35 grados Celsius y sobrevivir con niveles de oxígeno tan bajos como el 10%. Además, es tolerante a la salinidad y a la presencia de sólidos en el agua, por estas razones, enfatizó la necesidad de realizar un estudio más detallado para determinar la verdadera causa de la mortandad de estos peces.
Esta propuesta se podría comprobar si tuvieran la oportunidad de tomar un pescado para sacar una muestra de sangre y poder definir si la causa de muerte se trató de una intoxicación o si acaso hay otra explicación a nivel biológico.
Ante esta probabilidad, el doctor explicó que no había una forma de prevenir la mortandad de los peces, más que mantener un monitoreo constante sobre las concentraciones de amoniaco en el cuerpo de agua, para cuando haya un aumento poder sacar 20% de agua y meter lo equivalente de líquido vital nuevo para reducir en ese sentido el químico tóxico.
Aunque pudiera haber otras estrategias, estas también tienen que ser monitoreadas constantemente para que no se conviertan en una problemática, como el caso de las microalgas, que son como plantas pequeñas que usan amoníaco para crecer y de esta forma mantener oxigenada el agua.
Otra estrategia podría ser que se siembren plantas como juncos en los alrededores del cuerpo de agua que cumplan con el mismo objetivo de oxigenar el agua, sin embargo, Ortiz explicó que de no tener controlado la población de las plantas, estas cubrirán la superficie de la laguna o lago en su totalidad, llevando a un proceso en el que se reduzcan las cantidades de oxígeno debajo del agua.
Debido a esto, los peces también pasarían a verse en un estado de mortandad al igual que cualquier organismo debajo de las plantas que cubren la superficie del cuerpo de agua, “en lugares como España se realizó esta estrategia y ahora tienen un problema extremo con los lirios de agua, porque aunque se ve muy bonito por arriba, por debajo del agua el ecosistema está completamente degradado”, mencionó el profesor investigador de zootecnia.
Asimismo, añadió que en Chihuahua nos hace falta un estudio sobre la biodiversidad nativa de Bustillos, en la que se vea si las especies nativas como moluscos, bacterias o microalgas están acostumbradas a estos procesos de evaporación y alta concentración de compuestos químicos.
Otra explicación que podría aclarar lo ocurrido con los peces en Bustillos según el doctor Ortiz Aguirre, trata sobre las famosas mareas rojas, las cuales son un fenómeno que se da principalmente en el mar, pero también es común verlas en agua dulce, la cual se caracteriza por ser un organismo llamado dinoflagelado que es de un color rojo.
En verano suele ocurrir después de la época de primavera cuando se presentan lluvias y se arrastran nutrientes de la tierra hacia el agua, este empieza a dar una un crecimiento desmedido de microalgas y estas pequeñas plantas son el crecimiento de unas de algunas microalgas que son tóxicas.
“Desafortunadamente nos faltan muchos estudios a profundidad, sobre todo en la parte biológica porque, los estudios que yo vi se enfocan mucho a contaminantes químicos o aspectos sociales”, destacó el doctor Ortiz que la mayor parte de los análisis se enfocan en químicos o en cómo se usa el agua, pero no toman en cuenta aspectos biológicos.
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En la perspectiva del investigador, esta señal no es tan alarmante, pero sí debe ser un foco para comenzar a realizar investigaciones profundas sobre lo que ocurrió para poder tener un plan de contingencia o bien, tener estrategias de prevención en próximas sequías para reaccionar más rápido hacia cualquier problemática que se detecte en los cuerpos de agua.
Ismael Ortiz Aguirre, es originario de La Paz, Baja California Sur, siendo doctor en ciencias marinas y costeras con una especialidad en la producción de organismos acuáticos, ganó una plaza en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la UACH y tiene apenas un año desde que lo instalaron en el puesto de profesor investigador.