El delegado de la Federación Mexicana de Criminología y Criminalística AC Chihuahua, Dr. José Carlos Hernández, afirmó que las intoxicaciones masivas en escuelas secundarias y medio superior son “baúl abierto” para el crimen organizado, y éstas han aumentado exponencialmente de 2019 a la fecha, ante la dificultad del tránsito de sustancias a Estados Unidos.
Como consecuencia, explicó, los cárteles han buscado nuevas formas de colocación, por lo que adolescentes y jóvenes son presa fácil, pues son altamente sensoriales y consecuentemente vulnerables a las adicciones.
Refirió el entrevistado que derivado de un análisis criminógeno del problema adictivo de escuelas del nivel básico y medio, en febrero de 2022, con datos que se tomaron durante la pandemia, se analizó el fenómeno de las adicciones en primarias y secundarias.
En este estudio, se pudo concluir, entre otros aspectos, que para llegar a jóvenes de secundaria y media superior, los cárteles utilizan productos atractivos, como por ejemplo dulces, refrescos, paletas de hielo, entre otros que “facilitan” el consumo dentro de instituciones educativas.
El especialista en delincuencia organizada indicó que el caso que ocurrió en la capital del estado, en la secundaria federal donde varios estudiantes resultaron intoxicados por presunta ingestión de alimentos con droga, no es un hecho aislado, al igual que otros que se han dado a conocer de forma mediática.
“No es un hecho aislado, se trata de actos consensuados con dos cárteles mexicanos en la colocación de las drogas”, apuntó el especialista. Indicó que al consumir estupefacientes (comerla) se presentan trastornos y desequilibrios, pues no son reguladas las formas de su primer consumo, en caso de así serlo, y de consumo regular.
Indicó que además de los hechos que se vuelven mediáticos hay muchos que no se dan a conocer, “se hacen fiestas dentro o fuera de los planteles de manera inocente, pero los productos ya van trabajados o cocinados, esto es que ya llevan la sustancia dentro en pastel, dulces y demás”.
Estos productos los llevan para “ambientar fiestas” o crear el consumo en drogas, principalmente mariguana, cristal, cocaína y fentanilo, en dicho orden.
El Dr. José Carlos Hernández informó que al consumir estas drogas, “está comprobado que hay un impacto negativo muy fuerte, en el tipo de consumo, de acuerdo con el efecto toxicológico”, pues no es lo mismo inhalar o fumar que comerse directamente la sustancia, situación que puede provocar un shock hipovolémico.
Además, señaló que el llevar estas sustancias a fiestas o eventos es un delito, y agregó que “hay un porcentaje de participación, del 55 por ciento de universo, de personas que participan en creación de intoxicación, que son alumnos; otro 25 por ciento, maestros y 20 por ciento padres de familia”.
Indicó que se ha dado visibilidad mediática en el sur y centro del país a este tipo de casos, pero afirmó que los casos de intoxicación masiva no son necesariamente mediáticos, y a partir de 2019 han incrementado a lo largo y ancho del país.
“Si en un estado 100 jóvenes se drogaban desde 2019, a 2022 se ha aumentado a un 300 por ciento”, indicó al explicar que se trata de cifras “de armario”, que son numeralias o datos numéricos sobre delitos, delincuentes sin conocimiento expreso, “pero por diversas razones, políticas mediáticas o del impacto de seguridad se opta por que no sean del dominio público”.
Algunas estadísticas, agregó, señalan que incluso pueden constituirse en secretos de Estado, porque son condiciones “que deben permear dentro del más alto nivel gubernamental en el sigilo de esta problemática, porque de darse a conocer habría un alto impacto dentro de las políticas públicas y de manera sistémica dentro de la sociedad”, explicó.
Entre otros aspectos cuestionó el hecho de que en la actualidad existe demasiado y mal entendido uso del recurso de derechos humanos, que ha llevado a que no se pueda tener un control de los estudiantes, tal como se hacía con la revisión de mochilas para evitar el ingreso de sustancias o algún tipo de armas, pues se consideró violatorio a los derechos humanos de los alumnos.
Esto, sugirió, debería hacerse como un programa, con el objetivo de velar por la seguridad de la sociedad, ya que al “proteger” los derechos humanos como se ha venido haciendo, el país se encuentra en un punto en el que dentro de poco, corregir a los propios hijos será un delito.
Publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua