El estado de Chihuahua ocupa el primer lugar en violencia laboral contra mujeres, con 190 mil 637 afectadas en los últimos cinco años y la mayoría (31%) se refiere a discriminación por embarazo, de acuerdo con la encuesta ENDIREH, referida por la organización Early Institute.
El estudio refiere que la discriminación ligada al embarazo y/o maternidad abarca prácticas de las empresas que van desde pedir una prueba de embarazo antes de contratar a las mujeres, o subirlas de puesto, hasta despidos por embarazo, desigualdad de salario y descalificación de su desempeño por el hecho de ser madres.
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La presidenta del Centro de Intervención en Crisis de Chihuahua AC, Verónica Terrazas, informó que todavía prevalece la discriminación por embarazo o maternidad, y no se trata únicamente de despidos, sino de violencia psicológica o presión por parte de jefes para que renuncie o desempeñe más trabajo del que le corresponde. “En muchos de estos casos las mujeres que están sometidas prefieren no denunciar por temor a perder su empleo”, apuntó.
De acuerdo con el reporte “Discriminación laboral por embarazo”, elaborado por Early Institute, la discriminación laboral por embarazo es una forma de violencia que afecta múltiples derechos de la mujer embarazada, de sus hijos y familia, y no se trata exclusivamente de violentar los derechos laborales.
Early Institute señala que este tipo de violencia debe visibilizarse y ofrecer información sobre las formas de este tipo de discriminación, y recomendaciones para atender y erradicar esta forma de violencia contra las mujeres.
Algunos datos citados por Early Institute en su diagnóstico de discriminación por embarazo en México son resultado del análisis de varias encuestas, y consulta de fuentes administrativas en las que se señala que en el 51% de las mexicanas refirió que ha tenido un trabajo remunerado en los últimos cinco años y de éstas 17.3% sufrió alguna forma de discriminación laboral relacionada con el embarazo.
Se cita que entre los tipos de discriminación se encuentra el hecho de que independientemente de que la mujer informara que está o no embarazada, al 11.5% se le pidió una prueba de embarazo para acceder a un trabajo y al 3.6% para continuar en éste.
Además, de las mujeres con un trabajo remunerado, el 39% reportó haber estado embarazada en los últimos 5 años y de éstas 4.7% padeció alguna forma de discriminación por estar embarazadas, ya sea porque la despidieron, no le renovaron el contrato, le redujeron el sueldo o las prestaciones.
Además, se nota un aumento de discriminación respecto al nivel de estudios de las mujeres que laboran, es decir, las que tienen mayor nivel de escolaridad, son las que más refieren discriminación.
Dentro del grupo de mujeres que no concluyeron ningún grado académico, 12 de cada 100 han sido discriminadas por su género alguna vez en la vida, y en el caso de quienes tienen un título universitario, 25 de cada 100 ha sufrido discriminación.
Las mujeres que tienen una licenciatura o algún posgrado son desproporcionalmente más víctimas de prácticas discriminatorias, aunque en los rubros de violencia emocional, física y sexual, la proporción de mujeres que son víctimas es similar, sin importar su nivel de escolaridad.