Javier Muñoz Pérez, Juan Antonio Martínez Parra y Rubén Flores Cisneros, originarios del municipio de Tepechitlán, Zacatecas desaparecieron desde el 31 de octubre de 2019 en el poblado de San Rafael en el municipio de Urique, se presume puedan ser los restos encontrados en la zona, informó la encargada de Justicia para Nuestras Hijas.
Los tres jóvenes se dedicaban al comercio de cobertores y cobijas, dos años anteriores habían emprendido la venta de estos productos en especial en la zona serrana, en esta ocasión desaparecieron.
A los restos se les practicaron las pruebas periciales y genéticas necesarias a fin de lograr su identificación. Posteriormente se tomaron las pruebas de los familiares de estas tres personas y a la fecha se está en espera de los resultados del cotejo.
Estas personas, localizadas en el municipio de Urique, fueron parte de las víctimas de la violencia generada por José Noriel Portillo, alias el Chueco.
Una búsqueda incesante
Tras la desaparición, las familias de los jóvenes Javier Muñoz Pérez de 29 años de edad, Juan Antonio Martínez Parra de 19 años y Rubén Flores Cisneros de 17 años, interpusieron la denuncia ante la Fiscalía General de Zacatecas el 9 de noviembre de 2019, cinco días después se ratificó ante la Fiscalía General de Chihuahua.
De acuerdo al reporte de desaparición, los comerciantes salieron el 17 de octubre de su natal Tepechitlán, tripulaban una pick up de cabina y media de la marca Toyota modelo 1991, de color verde con camper en color plata, placas de Zacatecas.
Llegaron a Chihuahua el 18 de octubre. La última vez que se les vio estaban en el pueblo de San Rafael.
Los familiares de los comerciantes acudieron a Justicia para Nuestras Hijas, organización que acompaña el caso de los tres jóvenes desaparecidos. En coordinación con la Comisión Estatal de Búsqueda de Chihuahua y la Fiscalía de Zona Occidente se iniciaron los operativos de búsqueda en vida en Bahuichivo y luego en San Rafael, ambos del municipio de Urique.
También se realizan una búsqueda en una mina ubicada en el municipio de Guazapares, luego de que la familia recibió mensajes alertándolos de que los habían privado de la libertad para llevarlos a trabajar en un rancho en Monterde, una zona donde existe un breve problema de desplazamiento forzado a causa del crimen organizado, además se buscó a los comerciantes en la zona de Bocoyna.
Durante la administración de Javier Corral Jurado se informó que la desaparición de los comerciantes zacatecanos está relacionada con el Chueco, criminal abatido por su mismo cártel, tras asesinar a los sacerdotes jesuitas.
Cotejan pruebas de ADN
Tras más de tres años de desaparición se localizaron unos cadáveres y Justicia para Nuestras Hijas realiza el acompañamiento de las familias de los comerciantes zacatecanos a fin de que les tomen algunas muestras genéticas a quienes faltaban.
La Fiscalía General de Chihuahua pidió la colaboración de la Fiscalía de Zacatecas para la toma de muestras genéticas. La semana pasada se realizó este paso rumbo a la identificación.
Las muestras serán enviadas a Chihuahua donde se realizará el procesamiento y posteriormente el cotejo de los familiares con los restos localizados a fin de lograr la identificación de estas personas.
Se informó que el proceso tardará, sin embargo se comprometieron a realizarlo lo más pronto posible.
En caso de que se confirme la identidad de Javier, Juan Antonio y Rubén se trabajará con las familias para realizar el traslado de los restos.
Karen Olivas, coordinadora operativa de Justicia para Nuestras Hijas señaló que el problema de desaparición sigue creciendo y cada caso nuevo va enterrando a los viejos, lo que dificulta la investigación investigación.
“Lo que se requiere es prevención y la colaboración de la sociedad para que se denuncie en caso de que sepan algo. Además, se necesita un plan real para actuar en contra del crimen organizado”.
Publicado originalmente por El Heraldo de Chihuahua