José Ramón Cossío Díaz, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación expresó que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, tiene la idea de que los derechos del feminismo, el medio ambientalismo y la protección a animales son ideas construidas desde el ‘imperio’ o neo liberalismo para controlar la vida nacional, provocando una reducción de derechos humanos explícita y una sustitución de éstos por pensiones y apoyos económicos.
Lo anterior, durante la presentación de su charla El nuevo paradigma de los derechos humanos en México, a partir de la reforma de 2011, en el marco de su visita a la ciudad de Chihuahua.
Dijo que le preocupa un doble discurso, que calificó como un desdoblamiento, en el que al presidente de la República no le gusta hablar de derechos.
El presidente no usa la palabra ‘derechos’, no. Y tiene un problema con lo que él considera que son nuevos derechos, y llamó invento de un proceso neoliberal. Para el presidente, esta idea de los derechos, de la garantía de los derechos, el feminismo, el medioambientalismo y la protección de los animales, son ideas que se han construido desde el ‘imperio’, para controlar la vida nacional. A mí esta parte sí me preocupa, porque hay una reducción de los derechos explícita y una sustitución de los derechos por las pensiones y apoyos económicos aseveró.
En ese sentido, lo contextualizó explicando que si una persona no es titular de un derecho, no puede reclamar algún derecho por medicinas, por educación, o por lo que sea; pero sí es beneficiario de una prestación económica, que se le paga en un cheque, una tarjeta, o algún mecanismo de pago.
Al respecto, instó a ser muy cuidadosos al decir ‘no tenemos que aceptar la existencia de sujetos titulares de derechos, capaces de demandar el cumplimiento, por parte del obligado, de su derecho, y no simplemente pensar que lo que tengo que recibir es una pensión’, -que desde luego, no está mal-, pero sí no debe perderse esto en claro.
Señaló que parte del Derecho Constitucional, parte de una tradición monárquica, en el que muchas de las categorías pasaron del monarca al Estado Democrático, y no lo hemos podido desmontar todavía.
El doctor Cossío compartió la impresión de que la administración se asume como la gran defensora del rey o del presidente de la República, y niega la realización de una serie de servicios y una serie de bienes hacia la población que está ya empoderada por los derechos humanos, que han sido reconocidos y otorgados, de acuerdo al lenguaje de cada Constitución.
“Estamos en un momento muy complicado de los derechos humanos: por un lado una retórica de derechos humanos (nadie se atrevería a decir que no) donde estamos diciendo cosas grandes muy espectaculares. Una práctica que se está restringiendo, en materia de derechos humanos: no se cumplen los de libertad, porque hay restricciones por temas de seguridad; no se cumplen los de prestacionales, los que implica que el Estado otorgue cosas, por restricciones ideológicas o presupuestales, y estamos entrando en este choque. Lo que me preocupa es que si seguimos con la pura retórica de los derechos humanos y descuidamos la práctica, nos podemos encontrar en un momento de enorme desencanto democrático, que eso ya lo hemos observado en la historia, cuando las personas perciben que no le sirven ni la democracia, ni los derechos humanos, ni la división de poderes. Porque no veo más allá de rollos”.