“Un lunes los mataron y yo fui el primero en llegar a ver los restos de mi hija y mis nietos”, dijo Adrián LeBarón al tomar el micrófono y después de dar la bienvenida a las más de cien personas que acudieron al memorial de Rhonita y sus hijos, quienes fueron masacrados hace 3 años en una brecha en el camino a Bavizpe, entre el territorio de Sonora y el de Chihuahua.
Fue en el Panteón Municipal de LeBarón donde se reunieron más de un centenar de familiares y amigos de Rhonita María Miller para conmemorar el tercer aniversario del hecho violento que arrebató su vida y la de otras 8 personas más, 6 de las cuales eran niños.
Frente a las tumbas de las víctimas, se instalaron los dolientes, quienes escucharon testimonios de las y los asistentes, así como la familia directa de Rhonita; su padre, Adrián LeBarón dirigió la ceremonia.
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Adriana, llegada de Utah y hermana de Rhonita, tomó el micrófono y entre lágrimas, narró cómo el día que fue a ver el cuerpo de su hermana, su primer pensamiento fue que nunca hubiera imaginado que esa bella chica, rubia y de ojos azules terminaría así: “lamento mucho que tuvieras que irte así y que eso pasara a tus bebés, y fue entonces cuando juré que haría todo lo posible para ayudar y trabajar para obtener justicia, porque todos los días otra familia entierra a su papá, a su mamá, a su hija, o a su hijo: esta violencia está apoderándose de nuestro país y de nuestro mundo”, lamentó.
Posteriormente, dijo que su madre Shallom Tuckers estaba demasiado abrumada para poder leer su discurso y lo leyó por ella: “Hoy es el día del no olvido: querida hija y nietos, cada día los extraño más, algo que he aprendido con esta masacre: a ser víctima. En México escuchamos con frecuencia la palabra justicia, pero rara vez se escucha la frase justicia para las víctimas. Todos los extorsionados, asaltados, heridos, desaparecidos y asesinados, son nuestros padres, hijos, hijas, hermanas y hermanos; un crimen puede tener muchas víctimas, en las pasadas décadas ha habido cientos de miles de víctimas, desaparecidos, es incontable el número de víctimas”.
“Estamos en una nación entera devastada por el terrorismo contra los pueblos, donde hay dolor, trauma y miedo, confusión sobre lo que pasa y lo que pasará; pero también hay esperanza cada vez que alguien ayuda a alguna víctima”, continuó la lectura y recordó que la violencia nos afecta a todos y los derechos de las víctimas representan los cimientos en que esta nación fue formada.
“La justicia no es dada hasta que toda víctima de un crimen esté segura que los criminales serán castigados y que se les proveerá de seguridad individual y comunitaria”, concluyó.
Fernando, primo de Rhonita comentó que ese 4 de noviembre del 2019 él y su papá y sus tíos Adrián y Shallom fueron a subir la sierra entre Chihuahua y Sonora para buscar a su prima y sus hermanitas, una de ellas murió y la otra es Mackenzie, la pequeña que caminó durante kilómetros para pedir ayuda y a quien dijo, encontraron gracias a que vieron sus huellas.
“Llegamos al atardecer a la primera escena: es un camino con muchas curvas y el bosque, el lugar es tenebroso porque detrás de cada curva puede haber alguien y es una realidad que estaban en ese bosque escondidos, mirándonos. Vimos los carros, mi tía Shallom levantó a la baby que gracias a Dios estaba viva y le dio mucho consuelo. Fue horrible ver sus cuerpos. Vimos a alguien en la cima de un cerro y fue cuando decidimos llevar a las personas fallecidas con nosotros”, comentó y luego narró la lentitud de las autoridades para realizar las diligencias de investigación e incluso para entregar los cuerpos de sus familiares.
Posteriormente, reunidos alrededor del fuego, decenas de niñas y niños tiraron sus cartas al fuego mientras Adrián LeBaron leyó una carta a su hija en la que le prometió que lucharía para que su muerte no fuera en vano: "después de tu muerte conocí un México que no me imaginé que existiera: madres que buscan a sus hijos, personas que fueron arrestadas injustamente. Hija, he visto a tus asesinos a los ojos y en ellos vi su pasado, ¿Qué les pasó para que mataran a mujeres y niños inocentes? Seguramente les faltó un hogar amoroso. No descansaré hasta que sean castigados, no los quiero en la calle amenazando y dañando a otras familias. Te amo hija, te extraño más que nunca", dijo el padre de Rhonita y tiró la carta al fuego: "echo ésta carta al fuego para que te la lleve, así como te llevó a ti", concluyó.
La vigilia continuó, en donde se compartieron recuerdos y anécdotas de Rhonita y las otras víctimas y corrieron en una pantalla fotografías a las víctimas de la masacre.
Publicada originalmente por El Heraldo de Chihuahua