El subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación y Deporte, Lorenzo Arturo Parga Amado, indicó que la Secretaría de Educación Pública había anunciado con anterioridad que para el ciclo 2022-2023, la calificación mínima sería de 6 y que no habría calificación reprobatoria, así como que las inasistencias de las y los niños no serían tomadas en cuenta para su evaluación; esto, por motivos de la desigualdad que viven niñas y niños en el país, pues muchos de ellos no cuentan con internet o con algún aparato para tomar clases en línea.
El funcionario, indicó que se toma la decisión de pedir a todos los estados de que eviten la reprobación de los alumnos y que eviten tomar en consideración las faltas de los alumnos para calificarlos, puesto que el periodo de pandemia agravó el número de inasistencias, por lo que se toma esta decisión basados en el argumento de la concepción de equidad e igualdad.
“La pandemia, durante los dos últimos años no ha permitido que se den las clases de manera ordinaria; mientras trabajamos a distancia, el 16% del alumnado se ausentó, es decir, unos 135 mil alumnos no se conectaban porque no tenían internet, o en diversas regiones rurales, como la Sierra Tarahumara no había señal”, explicó Parga Amado.
Agregó que, afortunadamente, el 14 de febrero que se regresó a clases presenciales, bajó en gran medida el ausentismo, hasta un 4.5%, mismo que se presentó principalmente en preescolar y primaria, en 1o y 2o grado: “partiendo de este principio, el decreto tiene sentido, pues los niños no son los responsables por no haber acudido a la escuela, sino por el contexto por las condiciones económicas y de carencias, por lo que es injusto reprobar a un niño que no asistió a clases y medirlo con la misma vara con que se mide a los que sí fueron”, señaló.
Para poder garantizar el aprendizaje de las niñas y niños, se deberán hacer ajustes para recuperar los aprendizajes no logrados; además, estará en pilotaje la reforma educativa, por lo que este daño colateral sería inconveniente para las niñas y niños, comentó.
Finalmente, dijo que aprobar a los niños no significa el éxito educativo y reprobarlos tampoco significa el fracaso, sino que la calificación es un referente para conocer las debilidades y fortalezas de las y los estudiantes, por lo que estas medidas se toman para reconocer el sacrificio y el empeño que el alumnado hizo para continuar con sus clases, así como que haya piso parejo para todos ellos.