Al cumplirse dos meses del asesinato de Javier, Joaquín y Pedro se colocaron tres cruces en el lugar donde sus cuerpos fueron colocados por sus captores. La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús exigió justicia para la Tarahumara.
La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús hizo un llamado a los 3 niveles de gobierno para que avancen las investigaciones judiciales que no se pierden en los laberintos de la impunidad y que se garanticen las condiciones de seguridad para los pobladores, en una zona donde aún prolifera el miedo.
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En el paraje de la comunidad de Pitorreal se realizó la colocación y bendición de las tres cruces de color blanco, se colocaron unas hermosas flores blancas y danzaron.
En medio del dolor por la pérdida, la comunidad indígena, la oración de los sacerdotes Jesuitas y de las hermanas religiosas, afirman que la memoria de Javier y Joaquín los inspira a seguir caminando hacia la justicia, la paz y la reconciliación.
A través de un comunicado señalaron que a dos meses de del asesinato de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, a quienes se les arrebató la vida mientras cumplían con su misión apostólica en la Sierra Tarahumara, y de los laicos Pedro Palma y Armando Berrelleza, sigue sin haber avance y sin obtener justicia.
“Estamos convencidos de que sin justicia no habrá reconciliación en la zona ralámuri y por eso, a la par de nuestra exigencia, desde la Compañía de Jesús mantenemos nuestro compromiso para proyectar soluciones que permitan avanzar hacia la pacificación del país, porque a 62 días de esos dolorosos crímenes, otros hechos de violencia se han sumado a esta crisis que padecemos”.
La Compañía de Jesús invitó a los mexicanos en general a seguir los Diálogos por la Justicia y la Reconciliación por la Paz que impulsan en coordinación con la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México, donde este domingo oraron por la intención especial de que se acabe la extorsión, un delito que lesionada el tejido social y profundiza las desigualdades.
Reiteraron que la violencia que vivimos no se resuelve con estrategias que implican la ampliación de las capacidades del ejército, como quedó demostrado en la historia reciente. “La militarización no es la respuesta, es sólo un paliativo que pone en riesgo la paz. Insistimos, frente a décadas de violencia, que el modelo de seguridad en todo el país debe ser revisado”.