Alrededor de mil migrantes provenientes de Centroamérica arribaron a la ciudad de Chihuahua, donde permanecieron en los patios férreos de la estación Tabalaopa durante gran parte de la mañana de este jueves 2 de mayo, no obstante, ante la presencia de los elementos del Instituto Nacional de Migración (INM), la mayor parte de los extranjeros retomaron su viaje a pie por las vías del tren.
Los migrantes llegaron a la ciudad capital durante la madrugada de este jueves 2 de mayo, donde los vagones del tren se detuvieron justo debajo del puente del bulevar Juan Pablo II, donde también se encuentra el campamento migrante, por lo que algunos pocos de los migrantes que deseaban descansar, se bajaron para tomar una carpa vacía y dormir.
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Mientras que la otra parte de los migrantes se quedaron sobre los vagones del tren esperando a que estos retomarán su camino hacia Ciudad Juárez, para poder llegar a la frontera y pasar a Estados Unidos.
No obstante, durante el mediodía acudieron los elementos del INM a los patios férreos del sur de la ciudad, lo que provocó en los migrantes el miedo a ser deportados al sur de México, como ya ha ocurrido en múltiples ocasiones, por lo que rápidamente se bajaron de los vagones y procedieron a caminar por las vías con rumbo al norte de la capital, con la esperanza de más adelante, poder subirse al mismo u otro tren.
Por otro lado, en el campamento que se encuentra en las inmediaciones de los patios de Ferromex, sobre la calle Industrial 10 y el bulevar Juan Pablo II, la mayoría de las carpas ya fueron ocupadas por los migrantes que acaban de bajar del tren, debido a que antes de que esto pasará, en este punto se encontraban menos de 50 extranjeros acampando en este lugar, quienes esperan la llegada de sus familiares o bien, una mejor opción de medio de transporte para viajar.
No obstante, otras personas que se encontraban en situación de movilidad decidieron quedarse en la ciudad por más tiempo, como es el caso de un migrante venezolano que consiguió un lugar donde lavar la ropa, por lo que comenzó a recuperar parte de las prendas desechadas por sus compañeros migrantes para llevarlas y venderlas, así como zapatos y otras prendas para toda la familia.
Este hombre, que prefirió permanecer bajo el anonimato, tiene desde el mes de enero en la capital, por lo que pidió un permiso para residir en Chihuahua durante un año, mientras consigue dinero suficiente para su familia que dejó en su natal Venezuela, a quienes quiere traer a México.
Asimismo, Dairy, una migrante que en compañía de su esposo tienen poco más de tres meses en la ciudad y están en proceso de que les entreguen sus papeles de permiso para residir en la ciudad legalmente, mientras venden comida en el mismo campamento.
Así como estas tres personas, solo algunos pocos extranjeros están pensando en quedarse más tiempo en México, debido a que cada día se les hace más difícil seguir su camino a la frontera y encontraron un hogar entre los ciudadanos chihuahuenses
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua