De acuerdo con Alexander, un migrante venezolano que lleva más de un mes viviendo en la capital, las pocas personas en situación de movilidad que siguen en la ciudad es porque están esperando a que se llegue la fecha de su cita para solicitar asilo en Estados Unidos para poder acudir por medios legales y poder dar un buen inicio en su nueva vida.
De esta forma, los 25 migrantes que se encuentran en el campamento migrante ubicado sobre la calle Industrial 10 y bulevar Juan Pablo II, se han acomodado dejando atrás las carpas y construyendo chozas con los materiales que tienen a la mano.
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Asimismo, dentro del campamento, los extranjeros dejaron alrededor de 10 carpas para los migrantes que llegan a la ciudad a través de los trenes, donde se quedan algunos días y luego vuelven a retomar su viaje.
De acuerdo con Alexander, el sábado 14 de septiembre llegaron a esa parte de la ciudad alrededor de 40 personas en situación de movilidad, quedándose en su mayoría dentro del campamento en las tiendas de acampar vacías.
Estos migrantes duraron dos días reabasteciendose de comida, líquidos y descansando de su largo viaje, lavando sus ropas y consiguiendo artículos de primera necesidad, para después volver a su camino, saliendo del campamento durante la mañana del lunes 16 de septiembre.
El migrante venezolano resaltó que entre el grupo que se acaba de retirar, iban demasiados menores de edad, quienes parecían tener enfermedades y desnutrición, además que les dejaron el lugar con grandes cantidades de desechos en el campamento.
Para controlar la basura en este lugar al sur de la ciudad, que se ha convertido en un hogar para muchos extranjeros en espera de su cita para presentarse en la frontera con Estados Unidos, los migrantes están juntando los desechos en pequeños montones y los queman en los alrededores.
De esta forma, las personas dentro del campamento señalan que evitan la acumulación, dado a que por parte del Municipio acude un camión especial para recoger la basura acumulada en el camellón central de la Industrial 10, hay semanas en que el flujo de extranjeros aumenta, ergo, los desechos también son mayores.
Por esta misma razón, Alexander y otros migrantes dentro del campamento solicitan de las autoridades correspondientes que los ayuden a fumigar la zona, para evitar que lleguen moscas y zancudos, al mismo tiempo en que previenen enfermedades en aquellos que por el pesado viaje se encuentran con las defensas demasiado bajas.
Lo anterior se debe a que muchos de los migrantes saben que su estancia en Chihuahua se alargará, debido a que las citas para presentarse en un puerto de entrada a Estados Unidos están demorando demasiado por la gran demanda de inmigrantes que huyen de sus países de origen.
Publicado originalmente en El Heraldo de Chihuahua