El multitudinario fervor para celebrar el 488 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac la noche del miércoles continuó el jueves, aunque en menor proporción por parte de feligreses en el templo mariano.
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“Tal vez el intenso frío obligó a decenas de católicos a no salir de casa”, reconocieron las pocas personas que se atrevieron a salir para observar a matachines que danzaron para la Virgen en negocios del centro y al exterior de domicilios particulares.
Fue el grupo de danza San Juan Diego el que llamó la atención de ciudadanos en la vía púbica; los matachines atendieron 14 solicitudes (sólo el jueves) para homenajear a la virgen y otra media docena en ejidos para viernes y sábado.
Fue en Novedades Lupita donde el grupo de matachines danzó por espacio de 90 minutos y donde peatones detuvieron su andar para observarlos y agradecer el amor que tienen por la Virgen de Guadalupe, luego siguieron bailables en domicilios particulares, a pesar que horas antes hicieron lo propio hasta las 12 de la noche, según Félix Gurrero Arrellano, fundador del grupo.
Guerrero Arellano explicó: “Bailamos no por negocio, es puro amor; vamos donde nos inviten, aunque no se cobra ni un peso, sí aceptamos donativos económicos que se utilizan para adquirir indumentaria, son muchachas y muchachos que con su actuación agradecen el amor que encuentran en la Madre de Dios, incluso milagros”.
Explicó: “Hace poco en un viaje a Juárez que realizó una de sus hijas, de repente observó sobre la carretera un penacho como el que utiliza todo matachín, estaba en una zona muy transitada, ella bajó del vehículo, levantó el penacho que se supone estaría maltrecho por el paso de automotores, para sorpresa de mi hija y propia, la indumentaria estaba intacta, esto fue una señal para mi hija, quien ahora dedica más tiempo para la Virgen y la Madre de Dios nos protege”.
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