Ciudad Juárez, Chihuahua.- En lo que va del año, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos lleva contabilizadas 310 quejas o denuncias en contra de diferentes áreas administrativas y públicas de Ciudad Juárez, de las cuales, 120 están dirigidas a los cuerpos policíacos.
Adolfo Castro, Primer Visitador de la CEDH, dio a conocer cuál es la corporación con mayor número de quejas interpuestas ante este organismo, así como la que menos ha sido señalada en el 2018.
Castro indico que la Fiscalía General del Estado en la Zona Norte es la más denunciada ante este órgano, con un promedio de 70 quejas presentadas hasta noviembre, mientras que el segundo lugar lo tiene la Secretaria de Seguridad Pública Municipal con 50.
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La corporación municipal con menos señalamientos es la Dirección General de Tránsito con sólo 4 denuncias, mostrándose un buen comportamiento por los agentes durante los operativos anti-ebrios, según el visitador.
Lamentablemente, en el tema de tortura, la CEDH a atendido cerca de 50 casos, sin embargo, no todos han sido corroborados, ya que hoy en día se realiza un análisis y revisión exhaustiva de cada una de estas denuncias.
A su vez, dijo que en muchas ocasiones los abogados defensores recurren al alegato de tortura como una excusa para evadir la acción penal en contra de su cliente, sin embargo se tiene que comprobar.
Las quejas más recurrentes son de abuso de autoridad, robo de celulares, pertenencias y lamentablemente el arriba mencionado, por lo que esto debe de desaparecer, ya que la tortura es un delito y no debería de existir en las corporaciones policíacas.
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Tras imponer una queja, la CEDH sigue un estricto procedimiento donde se recaba toda la información necesaris por parte de los involucrados, hasta que finalmente se determina si se emite alguna recomendación o se llega a una conciliación.
Uno de los últimos casos de tortura registrados, es el del Coordinador de la Policía Municipal de apellido Armengol, vidrograbado por otro agente cuando golpeaban a un detenido que tenía puesta una bolsa de plástico en la cabeza, con la intención de que revelada el lugar donde tenía almacenadas unas armas de fuego.
