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El cruce de armas fabricadas y traídas desde los Estados Unidos continúa siendo un problema medular en el tema de seguridad en esta frontera, al ser las responsables del 85% de los homicidios cometidos por el crimen organizado en las calles de Juárez.
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Así lo dio a conocer el fiscal de Distrito, Jorge Nava López, quien dijo que se han implementado lineamientos federales para frenar el trasiego de armas y por parte de la Fiscalía de Distrito se ha colaborado con el intercambio de información sobre cómo se introducen a nuestra región.
Es así, como desde el 2018 se han logrado importantes aseguramientos de armas de fuego compradas en varias ciudades de la frontera sur de los Estados Unidos, principalmente en tiendas comerciales como Walmart, donde pueden ser adquiridas sin ningún problema y con descuentos.
"Toda esta información ha sido utilizada para crear los mecanismos defensivos tanto en México como en Estados Unidos y de esta manera poder disminuir el tráfico, impactando de manera positiva el decomiso de armas", reiteró.
Lamentablemente, todas estas armas son compradas y traídas por ciudadanos norteamericanos, que las venden a los cárteles de la droga, y así estos grupos fortalecen sus estructuras, con equipos sofisticados y de grueso calibre.
Según un estudio de la organización Insight Crime, desde las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se incrementó el tráfico de armas a nuestro país, armas que inclusive, eran provenientes de países como Rumania y que llegaron a organizaciones como la de los Beltrán Leyva, desde el vecino país.
En dicho estudio se establece que son traídas en camionetas y vehículos con contenedores de almacenamiento oculto, principalmente en estados como el de Arizona y Sonora, aunque también se ha disparado la internación entre Texas y Chihuahua.
En el caso de Ciudad Juárez, una vez que llegan aquí, las armas recorren el país hasta Durango, de ahí a Guadalajara, para finalizar en Morelia, Chilpancingo y Oaxaca.
Otra ruta inicia desde Tijuana, para recorrer la frontera a través de San Luis Río Colorado, Mexicali y Nogales, bajando a Hermosillo, Culiacán, Tepic, Guadalajara, Morelia, Chilpancingo y Oaxaca.
En la ruta del Golfo, las armas llegas a regiones como Ciudad Acuña, Piedras Negras y Nuevo Laredo, para ser enviadas a Monterrey, mientras que en otras ciudades como Miguel Alemán, Reynosa y Matamoros, van con destino a Ciudad Victoria y de ahí, junto con Monterrey, bajan a Veracruz y se distribuyen en Oaxaca y Tuxtla Gutiérrez.
La última ruta, es la del sur, que abarca a Oaxaca, Tuxtla, Balancean, Ciudad Cuauhtémoc, Tapachula e Hidalgo, en la frontera sur.
Sin embargo, a pesar de que las autoridades conocen el recorrido, les resulta prácticamente imposible frenar la llegada de las remesas, dado que los grupos criminales encuentran la manera de poder burlar a los cuerpos policiacos.
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