Ciudad Juárez.- Los más recientes ataques y agresiones contra comunicadores en Ciudad Juárez, alertaron a organizaciones civiles y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ante lo peligroso que se ha vuelto la profesión de periodistas en esta frontera.
César René Díaz Gutiérrez, Primer Visitador de la CEDH, indicó que buscarán el acercamiento con el camarógrafo Eduardo Urrutia, agredido y detenido por agentes municipales cuando cubría la nota de un asalto armado, la tarde del martes, en un lote de autos de la avenida Ejército Nacional.
El derecho humanista señaló que pedirán haga una queja formal para después contactarse con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Raúl Ávila Ibarra, para presentarle algunas "situaciones", al ser su corporación la más señalada por la ciudadanía.
"Cómo lo decía yo la vez pasada, arriba del 80% de las quejas son en contra de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y en el caso de los periodistas nosotros estamos obligados a levantar una queja de oficio", mencionó.
Añadió que este caso, junto con el de los corresponsales de Nat GEO, son situaciones muy preocupantes, pero en este último, las autoridades sacaron de la ciudad a los comunicadores bajo un estricto operativo de seguridad.
Por su parte, Isabel Sánchez, titular de la Mesa de Seguridad, puntualizó que el periodismo es una profesión muy peligrosa en todas partes, sobre todo cuando se tocan temas de narcotráfico, ya que los temas que se cubren son riesgosos, aunque no considera que la situación en Juárez no es tan grave como el resto del país.
"Aquí los ataques a los periodistas no han sido por cuestiones políticas, hasta ahorita, sino por la actividad misma de su trabajo, por lo que siempre es correcto dar una protección a los comunicadores para que puedan ejercer su profesión sin riesgos", dijo Isabel.
Finalmente, en el caso de los reporteros extranjeros, indicó que ellos pusieron en riesgo su integridad al acudir a una casa de seguridad sin avisar y sin protección de las autoridades, lo que pudo haberles costado la vida, al estar en medio de un ataque armado.