La rutina de los juarenses fue trastocada la mañana de ayer viernes cuando un llamado al 911 alertó a las autoridades de los tres niveles de gobierno de un artefacto explosivo que fue dejado al exterior de una casa de cambio ubicada en la plaza comercial Los Reyes, al sur de la ciudad.

Tras el aviso al 911, los primeros en arribar a la avenida Las Torres y la calle Sorgo, fueron efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, quienes confirmaron que se trataba de un explosivo que ponía en peligro la vida de las personas, por lo que se pidió apoyo a la Secretaría de la Defensa Nacional.

En minutos, la avenida Las Torres, una de las más transitadas, fue cerrada en ambos carriles, mientras que la circulación fue desviada a otras arterias, se prohibió el acceso a peatones en un radio mayor a los 100 metros, en lo que arribaba el personal anti-bombas.

El caos no se hizo esperar y ante la poca presencia de elementos de la Dirección de Tránsito Municipal comenzó el malestar a miles de automovilistas que desde las 5:00 de la mañana se dirigían a los centros de trabajo y más tarde a llevar a sus hijos a las escuelas.

Antes de las 10:00 de la mañana, cuando uno de los castrenses equipado con un traje especial antibombas, aseguró el artefacto y lo retiraron, envuelto en lonas de kevlar, para ser llevado a un campo de futbol llanero ubicado en la avenida Manuel J. Clouthier.

Efrén Matamoros Barraza, titular de Protección Civil, indicó que el explosivo era de origen casero, compuesto por una tablilla, baterías y cinta adhesiva, por lo que se requirió la presencia de personal especializado.

Una de las versiones que es investigada por la Fiscalía General de la República, es que el artefacto fue dejado por sujetos desconocidos que intentaron robar la casa de cambio la noche del jueves y al ver que no les fue abierta la entrada, lo abandonaron al interior.

Después, el dueño del local lo sacó a la banqueta, al mismo tiempo que se dio aviso a las corporaciones policíacas.

Matamoros añadió que al realizar una primera revisión Protección Civil, se determinó que fuera la SEDENA quienes se hicieran cargo del manejo y traslado del explosivo a la Guarnición Militar para su destrucción.

El artefacto explosivo fue transportado por los elementos del ejército y llevado a un campo de béisbol del sector para detonarlo, pero finalmente no lo hicieron y optaron por llevarlo a las instalaciones de la Sedena.