Hace años que llegó a Ciudad Juárez de Torreón, Coahuila se vino con lo que traía encima, supo y vivió lo que era el hambre y la necesidad de tener algo, pero sus bolsillos estaban completamente vacíos, pero su corazón y su mente llena de planes y deseos que se fueron realizando poco a poco uno a uno fue despertando, lo dijo el pintor Esteban López de la Cruz, un grande del arte y la cultura.
Quien vive entregado a su familia, que ama a los suyos y que es proveedor en un cien por ciento, que el hambre y la necesidad le hicieron superarse y no dejar de trabajar ni un solo día, porque tenía muchas metas por hacerlas realidad, porque tenía más hambre que sueños.
Y ahora todo ha cambiado al fin tiene tiempo de pintar tener sus armas y el equipo necesario para empezar a explotar su creatividad ahora, de postrarse ante su caballete, de sacar sus pinceles y poner el óleo correspondiente y dejar que sus manos trabajen en sus obras.
Las cuales son producto de su imaginación, de todo aquello que ve y le motiva, es como deja vivir sus pensamientos y va cuadrando todo aquello que le gusta, que lo motiva y que lo deja volar y con el paso del tiempo se convierte en una obra más para este gran pintor, un artista que se ha hecho solo, que deslumbra con su trabajo y que es un profesional del pincel y del óleo.