Hoy habrá fiesta en Tayahua, municipio de Villanueva, y en todo Zacatecas, en el país entero y en los corazones de familiares, amigos y admiradores de don Antonio Aguilar, de quien hoy se cumplen 100 años de su natalicio.
El charro de México, le llamaban, porque impulsó la charrería a través de sus espectáculos, de su música y del cine. Grabó más de un centenar de álbumes discográficos y filmó idéntica cantidad de películas, a veces de pura diversión, montado en su brioso corcel o enalteciendo a personajes de la Revolución Mexicana, porque era, simplemente, un celebrado actor y cantante fuera de serie.
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Esa popularidad de que gozaba don Antonio se extendió hasta Estados Unidos, donde por su influencia entre la raza y la comunidad latina, era requerido por los candidatos presidenciales sin distingo de ideologías políticas, demócratas o republicanos, en tiempo de elecciones. Las puertas de la Casa Blanca siempre estaban abiertas para el artista zacatecano.
Fue tal su éxito en el país del dólar, que hasta la fecha le sigue perteneciendo el récord del artista hispano con seis noches consecutivas y aforo lleno en el Madison Square Garden de Nueva York.
“El tiempo pasa y no te puedo olvidar”, le cantarán hoy ante su tumba, como él cantaba en los Tristes recuerdos que convirtió en un hit musical a ritmo de banda, de tamborazo zacatecano; aunque también, claro está, era una figura de la música de mariachi, quien, sin embargo, inició su carrera cantando boleros en la XEW donde conoció a Guillermina Jiménez, su segunda esposa, mejor conocida como la también cantante y actriz Flor Silvestre.
Ella le dio dos hijos: Antonio Jr. y Pepe, ambos jinetes y cantantes a quien don Antonio inició desde niños en el espectáculo ecuestre con el que recorría exitosamente Latinoamérica y el vecino país del norte. Primero estuvo casado con la actriz y bailarina Otilia Larrañaga, pero la unión fracasó.
EL ORIGEN
José Pascual Antonio Aguilar Márquez Barraza nació el 17 de mayo de 1919 en Tayahua, donde su familia había comprado una hacienda. Sus padres, Jesús Aguilar y Ángela Márquez Barraza eran oriundos de aquella población y procrearon otros seis hijos: José Roque, Salvador, Guadalupe, Luis Tomás, Mariano y Josefina.
A don Antonio le vino la sangre musical por la vía materna, pues mamá cantaba en el coro de la iglesia. Se cuenta que fue Mariano, su hermano, quien pretendió costearle una carrera de aviación en Nueva York, pero el futuro astro prefirió estudiar canto. Mariano, entonces, le retiró su apoyo.
El muchacho aquel se había empecinado en dedicarse a cantar, porque era su sueño. Así que el famoso bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes, un influyente hombre de la radio en los años 40 y 50 en nuestro país, le brindó la oportunidad de interpretar boleros en La voz de la América Latina desde México iniciando así una brillante y extensa carrera artística que perduró hasta que el cuerpo le dijo no más escenarios, no más trajín, no más fatiga emocional y física.
RUMBO AL ESTRELLATO
Fue pionero en la televisión, participando en un programa de Telesistema Mexicano (hoy Televisa) llamado Música a bordo y posteriormente se integró al cine realizando, evidentemente, pequeños papeles hasta alcanzar la cúspide escribiendo y produciendo sus propias películas.
Uno de sus primeros papeles importantes lo obtuvo don Antonio en El casto Susano, de 1952, actuando al lado de Joaquín Pardavé y además participó en Un rincón cerca del cielo, con Pedro Infante y Marga López.
Y así como Gálvez y Fuentes, otro hombre clave en la carrera de Aguilar fue el realizador Ismael Rodríguez, quien le brindó su primera actuación estelar a través de la cinta Tierra de hombres, en 1956.
Su filmografía es larga. Ésta se caracteriza por una línea comercial que siguió entre la comedia ranchera y los personajes de la Revolución como Emiliano Zapata, Heraclio Bernal o Gabino Barrera, incluso personajes de otra índole o arrancados de corridos como El ojo de vidrio y El alazán y El Rosillo.
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También conocido como Tony Aguilar, el astro que hoy nos ocupa construyó una imagen popular que le redituó fama y fortuna. Alejado de escándalos y de la vida disipada, sus fans, que los tiene en gran medida, lo recuerdan en películas como La cama de piedra (en base a una canción de Cuco Sánchez), Los hermanos del hierro, Peregrina o Albur de amor, esta última inspirada en la canción del mismo nombre que resultó todo un éxito en la discografía de don Antonio.
Falleció el 19 de junio de 2007 a consecuencia de neumonía, pero su legado ahí permanece intacto y reluciente en la historia del espectáculo mexicano. Hoy lo recordarán en Zacatecas con una serie de actividades que incluirán, por supuesto, charreada, cine y canciones.
TOP 10 DE SUS PELÍCULAS
1952. Ahora soy rico
1958. La cucaracha
1960. Qué bonito amor
1962. Ánimas Trujano
1965. Los alegres Aguilares
1967. Gabino Barrera
1968. Valentín de la sierra
1970. Emiliano Zapata
1977. La muerte de un gallero
1981. Noches de carnaval