Vicente Fernández, El Charro de Huentitán, a los 81 años de edad, con lo que México pierde al máximo representante de la música ranchera.
“Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”, esa es la frase que Vicente Fernández repetía en cada uno de los conciertos que dio en sus 62 años en los escenarios.
A su manera y a pesar de todo, Chente vivió plagado de éxitos y siempre rodeado por el amor de su familia.
“El charro de Huentitán” falleció hoy a las 6:15 de la mañana, confirmó la familia.
El cantante permaneció hospitalizado desde agosto después de sufrir una caída en su rancho Los Tres Potrillos.
Hasta el momento no se ha informado dónde serán los servicios fúnebres o si se hará un homenaje.
El cantante permaneció hospitalizado, a causa de una caída que sufrió en su habitación del rancho "Los tres potrillos", y tras ser sometido a una operación de emergencia, su salud se complicó. Tan sólo un mes atrás, había sido internado por una infección en vías urinarias, pero su familia había mantenido mucha discreción en torno a su estado.
Tras más medio siglo de trayectoria artística, Vicente se despidió de los escenarios en el 2016, mas no así del estudio, pues dos años más tarde lanzaría su disco Más Romántico que Nunca y en 2019 se permitió una excepción al compartir el escenario de los Latin Grammy al lado de su hijo Alejandro y de su nieto, Alex Fernández.
El patriarca de la dinastía Fernández nació un 17 de febrero de 1940 en Huentitán El Alto, Jalisco. Desde sus primeros años de vida mostró interés por la música, su mayor inspiración fue Pedro Infante, de quien prometió seguir sus pasos como uno de los ídolos de la canción mexicana.
A los 8 años recibió su primera guitarra, pero su debut oficial se dio en 1954, cuando participó en un concurso de canto en Guadalajara, donde obtuvo el primer lugar. El buen recibimiento a su trabajo lo impulsó a presentarse en fiestas de familiares y amigos, y en restaurantes pequeños. A los 24 años, los Mariachis Amanecer de Pepe Mendoza y de José Luís Aguilar (Felipe Arriaga), lo incluyeron en sus filas.
El nuevo rey de la música ranchera
El cantante comenzó a tocar puertas en las principales disqueras del país, pero nadie lo tomaba en cuenta.
Fue hasta 1966 cuando, tras la muerte de su ídolo, Javier Solís, cuando las compañías emprendieron una búsqueda por el nuevo ídolo de la música ranchera, y Chente fue uno de los nombres que les vino a la mente.
Ese mismo año firmó un contrato con CBS México (hoy Sony Music) y grabó su primer disco, La voz que usted esperaba. A éste le siguieron grandes álbumes como Soy de abajo, ¡Arriba Huentitán!, Ni en defensa propia, Toda una época y Palabra de rey.
Su salto a la fama se dio en 1976, cuando grabó la canción Volver, volver, cuya letra habla sobre un hombre que reconoce sus errores y pide a su expareja regresar con él.
Tras incursionar en el cine y con una serie de éxitos en su carrera, el cantante comenzó a hacerse de un nombre en la industria, pero no fue hasta 1976 que el patriarca de la música ranchera grabaría el primer tema de los muchos con los que haría historia.
Con Volver, Volver, de la autoría de Fernando Z. Maldonado, su música y su figura comenzaron a formar parte del imaginario colectivo del país, convirtiéndose con ella en el nuevo rey de la música ranchera.
Del canto al cine
A la par de sus logros musicales, inició en 1971 una carrera cinematográfica, en la cual cosechó éxitos como Uno y medio contra el mundo, La ley del monte (1976), El tahúr (1979), El sinvergüenza (1984), El diablo, el santo y el tonto (1987), El cuatrero (1989) y Mi querido viejo (1991).
En 1984 realizó una de sus más grandes proezas artísticas: romper el récord de asistencia a un concierto en la Plaza de Toros, con un aforo de 54 mil espectadores. Durante los años siguientes, se mantuvo en la cima, y para 1991, obtuvo un Premio Billboard gracias a su álbum Y las clásicas de José Alfredo Jiménez, un tributo al compositor mexicano.
El año de 1998 fue un gran período para él, ya que obtuvo su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y grabó el tema Me voy a quitar de en medio, para la telenovela La mentira.
El nuevo milenio llegó repleto de reconocimientos para El charro de Huentitán, entre los que se encontraron el Premio Billboard por su álbum Historia de un idolo: Volumen II en 2001; una presea de Música Billboard por su Historia de un idolo: volumen I y un Grammy Latino por Mejor Álbum Ranchero por Más con el número uno en 2002.
En 2007 celebró sus 53 años de carrera con una de las giras más exitosas que un artista hispano ha dado en Estados Unidos, agotando las localidades en cada uno de los recintos donde se presentó.
Para 2010, obtuvo el Premio Grammy a Mejor Álbum Ranchero con el disco Necesito de ti, y el siguiente año, participó de la inauguración de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, interpretando el Himno Nacional Mexicano, México lindo y querido y Guadalajara.
Su ocaso musical llegó el 8 de febrero de 2012, cuando anunció su retiro de los escenarios, y emprendió su última gira mundial, la cual culminó el 16 de abril de 2016 con un histórico concierto en el Estadio Azteca.
El 6 de octubre de 2019, recibió un homenaje en Guadalajara, Jalisco, donde develaron una estatua en su honor, realizada por el escultor Jorge Frausto. En dicho evento, el cantante interpretó sus canciones por última vez ante un público en vivo.
En diciembre de 2020, presentó lo que sería su último álbum, titulado A mis 80'", en el que incluyó canciones de célebres compositores como Roberto Cantoral, Alberto Aguilera, Álvaro Carrillo y Agustín Lara, e incluso el poema A mi nieto, que dedicó a todos sus nietos.
Pese a sus logros musicales, su imagen se fue manchada a principios de este año, cuando fue exhibido en redes sociales tocando el busto de una fan mientras se tomaban una fotografía. Don Vicente se defendió argumentando que no se dio cuenta que su mano estaba en el pecho de la joven, pero más tarde circularon más imágenes donde manoseaba a sus seguidoras.
Desencuentro con Martín Urieta
Para el compositor Martín Urieta, quien le dio éxitos como Mujeres Divinas y Acá entre nos, Vicente Fernández es el pilar de la música mexicana, “así como José Alfredo lo es en la composición de nuestra música ranchera y es el Santo Patrono de ella, así Vicente es el Santo Patrono de la interpretación”.
Sin embargo, su primer acercamiento entre el compositor y cantante no fue sencillo.
A Martín Urieta, Chente le grabó 25 canciones, entre ellas Acá entre nos y Qué de raro tiene.
Sin embargo, su relación no comenzó del todo bien, pues el también autor de Urge se mantuvo en el anonimato por mucho tiempo debido a que Vicente no se había preocupado del nombre del responsable de uno de sus más grandes éxitos cuando lo grabó.
“Duró como un año diciendo que era de un compositor que ni si quiera conocía y en una ocasión él se presentó en Bogotá y todo el estadio se puso de pie a entonar Mujeres Divinas, ahí él se preguntó que por qué esa canción tenía tanto pegue y en aquel entonces dijo: yo quiero conocer al tal Martin Urieta. Cuando regresó a México yo cantaba en una taberna y mandó por mí, pero yo estaba molesto, me tuvieron que convencer de ir a verlo”, recuerda el compositor.
A pesar de su enojo, Urieta accedió y desde entonces se convirtió en su amigo y en uno de los compositores predilectos de El Charro de Huentitán.
“Hay muchos que dicen que se la compusieron y como forma de desagravio me dijo: la próxima vez que yo te grabe una canción voy a gritar tu nombre al mundo”.
Aunque don Vicente se ha ido, deja un legado de cerca de más de cien álbumes grabados, que lo colocan para siempre dentro del corazón de su público.