Alejandro González Rodríguez tiene una trayectoria profesional de más de 15 años y esto lo ha llevado a probar nuevos proyectos para seguir empujando los límites de su arte. Una vez que perfeccionó su arte en Cuba, emigró a Estados Unidos donde abrió un estudio en 2018 llamado 90 Miles Tattoo Studio, considerado uno de los 5 mejores en Miami.
González es mayormente conocido como Alec en su estudio y por sus clientes en la industria del tatuaje. El cubanoamericano también es muralista y pintor, por lo que suele combinar sus pasiones como ocurrió con la exposición para Art Basel donde trabajó en tatuajes a gran escala (de 4x7 pies) en piel sintética.
El estilo que trabaja Alejandro González Rodríguez es el realismo, algo en lo que la luz es esencial. “En el estilo de tatuaje que yo hago, la luz es un elemento que puede darle la vida al tatuaje o quitársela por completo”, indica el fundador de 90 Miles Tattoo Studio.
Por lo general, el cubanoamericano se ha hecho conocido por su maestría en el realismo y el uso de la luz y la sombra, un talento que ha permitido que sus tatuajes tengan un aspecto tan suave y sin costuras que alguien podría pensar que no es un tatuaje.
Sin embargo, González continúa aprendiendo y perfeccionado su técnica y así sigue cautivando a la audiencia y a sus clientes. En los últimos años ha experimentado con técnicas para incorporar texturas a sus diseños y una de estas técnicas se ha convertido en un estilo que lo distingue.
La técnica es conocida como el pepper shading o sombreado con pimienta, el cual es un método de sombreado que tiene la similitud de la pimienta dispersa sobre una superficie. Este efecto se logra a través de una serie de puntos pequeños teniendo la velocidad perfecta en la máquina, la profundidad ideal de la aguja en la piel y la saturación correcta.
Como parte de los proyectos futuros de Alejandro González Rodríguez se encuentra un viaje de 6 meses a diferentes ciudades y países para hacer sesiones como invitado en una variedad de estudios de tatuaje. Este viaje será un medio para promocionar su arte a mayor escala, pero comenta que este viaje también significa una oportunidad para aprender de algunos de los mejores tatuadores del mundo y continuar perfeccionando su arte.
Este talentoso tatuador y muralista se ha abierto paso entre los otros talentos en Estados Unidos con su estilo único de trabajo y la calidad de su arte. “Me gusta pasar un rato con el cliente antes de empezar a tatuar, establecer algo así como una amistad para hacer el proceso más cómodo y personal”, indica González.
Según el cubanoamericano, hacer uno de sus diseños puede tomar un promedio de 5 a 6 horas, pero también depende de varios factores porque ha hecho trabajos en color que han tomado casi 12 horas.