Luego de derrumbarse las ventas de combustible en un 80 por ciento de marzo a abril de este año, las ventas de estaciones de servicio comenzaron a repuntar durante el mes de junio, con la reapertura parcial de empresas hasta alcanzar en promedio un 50 por ciento de las que tenían todavía en el mes de febrero.
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Beatriz Marcelino, directora de Grupo Ciita, empresa mexicana experta en la dinámica completa y normatividades aplicables en la operación de hidrocarburos desde la selección del sitio hasta el usuario final, dijo que las empresas enfrentan fuertes gastos para cumplir con nuevas disposiciones de seguridad, los que se agudizaron con los protocolos sanitario que debieron seguir para enfrentar la emergencia sanitaria del Covid-19.
La vocera del grupo dijo que su empresa ofrece servicios de también ofrece consultoría y capacitación en normatividad ambiental, a nivel estatal y federal para el cumplimiento de la normatividad, prevención de riesgos y accidentes, análisis de riesgo e impacto ambiental para el sector de los hidrocarburos en México, por lo que tiene presen en prácticamente todo el país.
En este contexto dijo que en las ciudades fronterizas de Chihuahua, Nuevo León y Baja California, se tuvo un reflejo mayor en la baja de venta de gasolina, en sus dos tipos, por su cercanía con el país en que el brote hizo crisis.
Dijo también que junto con los problemas económicos que generaron las bajas ventas, se vino a sumar la exigencia del gobierno federal para cumplir con la normatividad que incluye la instalación de sistemas y equipos de recuperación de vapores, que de acuerdo con el número de bombas que tenga la estación de servicio, tienen un costo de entre 500 mil y un millón de pesos.
En este caso las presiones federales han sido más para las gasolineras que se manejan de manera independiente, a quienes presionan menos y los apoyan, al grado de que el 90 por ciento de las que se identifican con el logo de Petróleos Mexicanos (PEMEX) ya han cumplido.
Señaló que las ventas siguen bajas porque la gente no está bien económicamente y ha utilizado menos tiempo sus vehículos.
Las empresas, para cumplir con otras normativas exigidas por la Procuraduría Federal del Consumidor, que tienen que ver con el calibrado de equipos y el manejo volumétrico del combustible, requieren de aplicar también varios cientos de miles a millones de pesos.
Desde luego que el gasto no es igual para los negocios más chicos que a los grandes.
Volviendo a lo de la baja en ventas, dijo que la baja del costo de la gasolina originada por la reducción del precio del petróleo a nivel internacional, sin duda fue un efecto alentador para los consumidores finales, sin embargo, aunque esto ayuda a la economía familiar, al ser decretada la cuarentena por el COVID-19 las estaciones de servicio en nuestro país experimentaron la baja en la venta de combustible.
Las estaciones de servicio también han experimentado un aumento de gastos en un 20 por ciento para la contingencia por la compra de materiales de sanitización, gel antibacterial, cubrebocas y guantes.
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