A propósito de la próxima presentación del paquete económico para 2018, el gobierno federal ha sido poco atinado en sus pronósticos económicos, tan solo en materia de crecimiento, tipo de cambio e inflación ha tenido un acierto de apenas 25% en los cuatro paquetes económicos que ha presentado.
De esta manera, de acuerdo a un análisis de El Sol de México, contraponiendo cifras del Banco de México (Banxico), y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), frente a los pronósticos que ha vertido la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en los Criterios Generales de Política Económica de los últimos cuatro años, resulta que la gran mayoría de los pronósticos no se han cumplido (nueve de doce), ya sea por factores externos o internos del país.
Por ejemplo, en materia de tipo de cambio, resulta que para el ejercicio fiscal 2014, el gobierno federal proyectó un promedio de 12.6 pesos por dólar, sin embargo, de acuerdo al banco central, en ese año el dólar (interbancario), promedió 13.30 pesos a la venta.
Para 2015 la situación se repitió. El Ejecutivo proyectó una cotización promedio de la moneda estadounidense de 13 pesos, pero resultó que osciló en 15.89 pesos
Lo mismo pasó en 2016, toda vez que la SHCP estimó un promedio de 15.90 pesos por dólar, pero la cifra se ubicó en 18.68 pesos, es decir, 2.78 pesos (17.4 por ciento), más que la proyección vertida en los Criterios Generales de Política Económica para ese año.
Y para el presente año, la situación conserva la misma tendencia, ya que la dependencia encabezada por José Antonio Meade estimó que el billete verde oscilaría en 18.20 pesos a lo largo de este año y, por lo pronto, de enero a la fecha la moneda promedia 19 pesos, de acuerdo a datos del Banxico.
En inflación ha ocurrido algo similar. En tres de los cuatros pronósticos que ha lanzado la SHCP en esta materia, se ha quedado corto: En 2014, proyectó un avance de 3.0% del Índice Nacional de Precios y Cotizaciones (INPC), pero al final del periodo la variable repuntó 4.08.
El 2015 ha sido el único año en donde el pronóstico de inflación superó el resultado: El gobierno proyectó 3.0% y el balance final fue 2.13.
Para 2016, la proyección nuevamente se quedó corta (3.0 contra 3.36%) y en este 2017 definitivamente ocurrirá lo mismo: El gobierno estimó un avance de 3.00 pero el indicador (a la primera quincena de agosto pasado), ya va por arriba del 6%.
En materia de crecimiento sucedió algo muy similar. Para 2014 el Ejecutivo estimó un avance del Producto Interno Bruto (PIB), de 3.9% –“estimación que consideró el efecto de las reformas estructurales aprobadas”-, sin embargo, el crecimiento fue de apenas 2.2%.
Para 2015, el pronóstico fue de 3.7%, pero al final de dicho ejercicio fiscal, el crecimiento también resultó menor: 2.5%.
Cabe mencionar que ante dichas previsiones fallidas, para el año 2016 la SHCP ajustó el criterio de sus pronósticos económicos y, en lugar de proyectar una cifra específica, optó por estimar un rango. De esta manera, para ese año estimó un crecimiento de entre 2.6 y 2.3% y, efectivamente, el avance se colocó adentro del intervalo: 2.3%.
Para este 2017 (dentro de los Criterios Generales de Política Económica para este ejercicio), la Secretaría planteó un crecimiento de entre 2.0 y 3.0% y en el primer semestre de este año la expansión fue de 2.3 a tasa anual. Es decir, se mantiene dentro del rango.
La falta de habilidad por parte de la Secretaría de Hacienda para acuñar pronósticos se traduce en incertidumbre en los agentes económicos, advierte Leticia Armenta, directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey.
“En realidad esto ha generado mucha incertidumbre, porque digamos que la percepción a partir de esas proyecciones ha sido equivocada, si de hecho recordamos las correcciones que han tenido las diferentes variables, reafirman justamente eso”, comentó.
Ante ello, la especialista afirma que las empresas han recurrido mejor a instituciones privadas para tratar de disponer de una proyección más certera y realista del panorama económico para tomar sus decisiones, por ejemplo, en materia de inversión.
“Más allá de la información propiamente del Ejecutivo, pues afortunadamente tenemos otras que han sido más juiciosas que están en el sector privado y también Banco de México que ha sido más ágil para corregir en cuanto ve un cambio en el panorama, entonces pienso que son herramientas que se deben tomar en consideración”, comentó.
