El anuncio de una nueva ley que convoca a los empresarios a firmar compromisos de cumplimiento de sus obligaciones fiscales contrasta con la política que contempla no sólo la aplicación de sanciones económicas, también meter a la cárcel a aquellos que cometan errores en sus declaraciones y en sus pagos de impuestos, aunque no sean intencionales.
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Así lo señaló el director de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Miguel Ángel Calderón Rodríguez, al conocer de la publicación de la nueva Ley de Fomento a la Confianza Ciudadana, que contempla la reducción de inspecciones y la fiscalización de dependencias federales a los empresarios “cumplidos”.
Recalcó que realmente estas acciones van dirigidas a reducir el número y la actuación de los inspectores en las empresas.
Comentó que el gobierno federal no tiene el suficiente personal para realizar las visitas que las leyes y reglamentos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) establecen.
Destacó que con estas acciones el gobierno le dice al contribuyente que confía en él y en su palabra de que no va a cometer irregularidades frente al fisco, pero si lo hace lo castigará con todo el rigor.
Recordó que si el Sistema de Administración Tributaria (SAT) considera que el empresario incurre en evasión fiscal, ya no se le permitirá realizar las correcciones a las que antes tenía derecho, de acuerdo con el monto, y en caso de juicio se trataba de problemas de tipo cívico mercantil, que no eran constitutivas de delito.
Ahora no. Quedará a criterio de la autoridad si se finca responsabilidad legal, que quedará encuadrada en el delito de lavado de dinero, expresó.
Calderón Rodríguez, quien destaca, además de como director de la Canacintra a nivel local, como un especialista en materia económica, dijo que ya antes se han implementado algunas disposiciones similares, la diferencia es que ahora se eleva a rango de ley con el nuevo nombre que alude a la confianza.
Comentó que la nueva ley debe difundirse para que el contribuyente sepa con claridad a lo que tiene derecho.
Aquí hay una serie de doble manejo. El hecho de trabajar con la caricia y si no con el garrote, no es de las mejores formas de llevar a cabo un proceso de relación con los ciudadanos, de parte de un gobierno que trata de ser solidario con la sociedad, finalizó.
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