Ciudad Juárez.- El nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, es un reto para la industria nacional porque establece una serie de restricciones que en lugar de beneficiarla pueden perjudicarla y a la industria estadounidense que opera aquí obligarla a regresar a su país de origen, consideró el presidente de la delegación local de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), Jesús Manuel Salayandía.
El dirigente dijo que el beneficio directo va a ser para las grandes empresas, pero las pequeñas y medianas quedan fuera de estos beneficios al no contar con los recursos económicos para poder desarrollarse.
Agregó que la entrada en vigor del T-MEC, la actualización de lo que fue el Tratado de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN).
Afirmó que no se ven beneficios tan claros para <juárez, se impusieron nuevas reglas, sobre todo al sector automotriz, que en Juárez pinta mucho
Esto no garantiza la llegada de mas inversiones a Juárez, “Si queremos que se desarrolle debe apoyarse el impulso a las cadenas de proveedores, si no ocurre así lo veremos como un tratado de libre comercio más, como os que tenemos con otros países.
Esto se complica más debido a la exigencia de incrementa el contenido regional, hasta llegar llegar al 75.
Peo consideró que esto puede aumentar la posibilidad de negocios, sin embargo, es difícil que se pueda cambiar y esto puede provocar que algunas de las armadoras de autos que existen en el país se vean obligadas a regresar a Estados Unidos.
Además de prever que los aspectos el T-MEC que se relacionan con la cuestión laboral, pueden provocar la intervención de sindicatos estadounidenses para crear problemas hacia el interior de las empresas, con lo que se incumplirían algunos aspectos.
Destacó que el 40 por ciento del contenido del auto, deberá ser construido por empleados que ganen un mínimo de 16 dólares por hora iniciando primero con un 30 por ciento de la fabricación a partir de la entrada en vigor y hasta llegar a un 40.
Indicó que nuestro país atrae a los inversionistas extranjeros por contar con mano de obra barata y si las condiciones aquí cambian, las ensambladoras van a regresar Estados Unidos la mayoría.
En cuanto a cuestión laboral, dijo que no es un secreto que Estados Unidos quiere llevarse la producción y no es de extrañarse que los sindicatos de allá, que ya están metidos en las comisiones que revisaran a las empresas mexicanas, organicen movimientos en el lado mexicano, en terminadas empresas que quieran llevarse.
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