Con deudas fiscales algunos, otros con créditos que no han podido pagar y sin pedidos, cientos de micro, pequeños y medianos empresarios esperan a que se les otorgue la autorización para reanudar actividades en Ciudad Juárez, que todavía esta semana conserva el semáforo rojo a diferencia de otras poblaciones del centro y sur de la entidad.
Miguel Ángel Díaz Marín, especialista en materia económica del despacho Kreston y consejero del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), dijo que muchos proveedores de la maquila tienen puestas sus esperanzas en la reactivación de este sector, pero desgraciadamente lo hace de manera paulatina, con pocos pedidos y con el mismo sistema de pago de 30, 60, 90 o más días, lo que no les ayuda en el proceso de recuperación.
Agregó que la información que se ha tenido sobre la situación del país, el estado y la ciudad es muy alarmante.
Se han perdido más de 2 millones de empleos formales, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, y se habla de que de informales son cerca de 12 millones a nivel nacional.
Al retornar a la normalidad, es más probable que se recuperen los informales o de empresas muy pequeñas que no tienen mucho personal.
Todo esto, además, vendrá a repercutir en el nivel adquisitivo de los ciudadanos que percibirán menos recursos o nada, lo que viene a engrosar los niveles de pobreza, recalcó.
Se puede pensar, en el caso de Ciudad Juárez, que con la presencia de más de 300 maquiladoras al regresar todas a la actividad la situación económica de la ciudad quedará totalmente resuelta, pero en la realidad eso no es cierto.
Díaz Marín consideró que la reactivación económica para las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas va a ser muy lenta, sobre todo porque muchas de ellas dependen de cómo le vaya a la maquiladora, lo que también repercutirá en el número de empleos porque este sector ha y será por muchos años el motor económico de Ciudad Juárez.
Señaló que lo que ocurre aquí depende en gran parte de lo que suceda con la maquila, que no tiene todavía las órdenes de trabajo necesarias para llamar al cien por ciento de sus trabajadores.
En la nueva normalidad la producción no va a ser del cien por ciento que se tuvo todavía en los meses de enero y febrero, probablemente se ubique entre el 50 y 60 por ciento.
Es probable que los niveles de producción que se tuvieron se alcancen hasta en uno o dos años, lo que definitivamente va a repercutir en la economía local, recalcó.
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