¿Te han salido muchos pequeños granitos en los brazos o en las piernas? Lo más probable es que se trate de queratosis pilar (también llamada queratosis pilaris), una afección de la piel que con frecuencia afecta a niños y jóvenes. Y aunque es un padecimiento benigno e inofensivo, puede resultar molesto para algunas personas.
También se le llama “piel de gallina” y está presente en un gran número de personas. Según la Clínica Mayo, puede ser descrita como pequeñas protuberancias secas y ásperas en la parte superior de los brazos, los muslos, las mejillas o los glúteos. Aunque estas protuberancias o granitos no suelen causar dolor ni picazón, pueden ser antiestéticas y afectar la confianza en uno mismo.
Los síntomas de la queratosis pilar puede aparecer a cualquier edad, pero es más común en niños pequeños y adolescentes. Los bultos diminutos indoloros en la piel pueden empeorar cuando los cambios estacionales causan baja humedad y piel seca, como en invierno.
Aunque no está claro qué la detona, la queratosis pilar es causada por un exceso de queratina que se acumula en la piel. De acuerdo a la Clínica Mayo, la queratina es “una proteína dura que protege la piel de sustancias nocivas e infecciones”. Cuando aparecen los granitos, es porque la queratina ha obstruido la abertura de los folículos pilosos, es decir los poros de la piel, lo que causa esas manchas ásperas y con protuberancias en la piel.
Además, tienes que tomar en cuenta, que la queratosis pilar puede ser resultado de una enfermedad genética o de afecciones de la piel, como la dermatitis atópica. Por lo que si te resulta molesta o te preocupa es mejor que acudas a tu médico.
¿Cómo se trata la queratosis pilar?
Para tratar la queratosis pilar, Medlineplus recomienda el uso de lociones humectantes para suavizar la piel y ayudar a que esta luzca mejor. Las cremas para la piel que contengan urea, ácido láctico, ácido glicólico, ácido salicílico, tretinoína o vitamina D también pueden ser útiles.
En algunos casos severos, se pueden prescribir cremas esteroides para reducir el enrojecimiento y la inflamación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el mejoramiento con frecuencia puede tardar meses y es probable que las protuberancias vuelvan a aparecer.
Además, la afección suele desaparecer alrededor de los 30 años, por lo que en la gran mayoría de los casos, es mejor no hacerle mucho caso. Pero si sientes que afecta tu autoestima o bien te genera alguna molestia es mejor que consultes a tu médico.