“¡Qué milanesas, qué no bistecs! ¡Yo creí que ya morongas, pero todavía víboras! ¿Cómo ves, te la sabanas o te tiramos esquina? Calmantes montes, Bambi es un venado. ¿Tienes barrio? Te decimos qué Pachuca con Toluca”. Conoce el argot mexicano, el lenguaje especial que guarda humor y creatividad.
Hablar la jerga del país es “de a grapa”. Lo único que sus hablantes solicitan es que “en corto agarres el tiro”, es decir, “vayas midiendo por dónde va la pedrada” o “de qué cuero sale más correa”. Ante todo, “no te dejes apantallar”. “La neta”, cuando menos lo sospeches, ya estarás afirmando: “Abuelita, soy tu nieto(a)”.
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¿Ya sabes qué transita por tus venas?
El Diccionario del Español de México define el “argot” como una “manera de hablar de un grupo de personas determinado. Se manifiesta sobre todo en el léxico, en algunos giros y en ciertos procedimientos sonoros, como la rima, la aliteración, el “enrevesamiento” de las palabras, etcétera”.
De igual manera, las profesoras de ELE (Español como lengua extranjera) de la Universidad de Guanajuato, Cassandra Osornio y Alma Laura Montes, recuperan un extracto del texto de investigación lingüística “Del lenguaje corriente de los músicos mexicanos”:
“El Argot nacional del mexicano está formado por un conjunto de expresiones atrevidas, llenas de ingenio y colorido. En ellas se refleja el espíritu, humorístico, mordaz y despreocupado de nuestro pueblo”.
El diccionario mexicano
Si alguien te dice “te cotizas” o “te freseas”, ¿sabes cuál es el significado de la frase? ¿Si te aseguran que “lo van a guardar de una vena o de una”, les crees? ¿Estabas enterado que “Ya estufas” es sinónimo de “Ya estamos peinados para atrás” y pariente muy cercano de “Suave suavena”?
“Cotizarse o fresearse” involucra una actitud prepotente. En tanto que “guardar de una vena o de una” se refiere a “enseguida”. Mientras que “Ya estufas” implica “listo”.
¿Alguna vez te han pedido que “aguantes vara (que seas paciente)”? Es otra expresión para “No hagas olas”, “No armes alboroto” y “Aguanta las carnes”. “No le saque” es “no tengas miedo”, en tanto, “no hay falla (está bien)” es vecino de “cámara”. Además, “nadie quiere más días de fiesta” porque implica problemas.
Cuando la realidad no resulta como se planeaba, se llega a preguntar con genuina emoción: “¿Te cae?”, seguido de “chale” o “¿Al chile?”. Si existen “pájaros en el alambre (oídos indiscretos)” es mejor “estar chitón (permanecer callado)”.
Cuando alguien te pide que “tires paro” está solicitando un favor. Si te invitan “a su cantón” o “que le pases a lo barrido”, te están abriendo las puertas de su hogar.
Recuerda que “si nos cae el chahuiscle” es porque en el horizonte se cierne la tempestad. Cuando sientas que alguien está tratando de imponer su voluntad a la tuya, puedes aseverar: “asústame, panteón”, pero ante todo: “tú hazte valer”.
Cuando te pidan hacer dos actividades al mismo tiempo, no olvides interrogar sobre cuál es tu labor principal “¿O trueno los cohetes, o cargo a la Virgen?”. Si algo no te parece correcto, no olvides, “Patitas, ¿para qué las quiero?”.
Quizás alguna vez ante una adversidad te pregunten: “¿Si la armas o no pasaste de caimán?, tal vez te increpen: “¿Me entiendes Méndez, o te explico Federico?” Si “no cachas (no comprendes)”, “no te claves (no te obsesiones), “deja que todo fluya (dale tiempo al tiempo)”.
“¿Qué pasión?” ¿Te interesa agregar alguna de estas expresiones del argot mexicano a tu vocabulario o “ya chole”? Entonces, ¿si sabes qué Pachuca con Toluca o cobijas (o no)? ¿Tienes o no tienes barrio? Para ser honestos, entender este lenguaje “no está tan colgado”.
Publicado originalmente en El Sol de Tampico