Más que una mascota por ser una especie exótica, los pericos Monje en la actualidad son considerados como aves invasoras en el estado de Chihuahua, principalmente en la capital, donde tuvieron los primeros avistamientos desde el año 2011 y son ya cientos los que construyen sus nidos y sobrevuelan diferentes áreas verdes, al llegar en forma masiva y repentina para quedarse.
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Los pericos Monje ya son un habitante más en la capital del estado y su presencia se ha convertido en algo preocupante por tratarse de una especie invasora, misma que podría generar graves consecuencias al ecosistema local, al competir por los recursos que hay a su alrededor con las aves que si son nativas de estas tierras.
En México el perico Monje se registró por primera vez en 1999 en el estado de México y a partir de ahí su avistamiento se ha reportado en 23 entidades, entre las que se incluye Chihuahua, donde la mayor presencia se tiene precisamente en la capital, así como también en Delicias, Meoqui, Janos y Juárez, aunque en muchas otras ciudades se tienen en cautiverio como mascotas.
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¿Cómo es el perico Monje o cotorra argentina?
El nombre científico del perico Monje, también conocido como cotorra argentina es Myiopsitta Monachus y es un ave exótica que se identifica por ser muy inteligente y que incluso en cautiverio, cuando se tiene como mascota, se le puede enseñar a hablar.
Su tamaño es de aproximadamente 30 centímetros y en promedio pesa 140 gramos, además se caracteriza por su plumaje en color verde claro y brillante, con tonos azulados en las alas y su pecho es gris.
Es originario de Argentina con presencia en varios países de América del Sur, se adapta muy bien y rápidamente a distintas condiciones ambientales, ya sean tropicales, templadas o frías.
El perico Monje es apreciado como mascota para el hogar y fue de esta forma como llegó a México y aunque parece inofensivo, cuando por alguna razón escapa del cautiverio y está en libertad en condiciones donde se genera una reproducción masiva se convierte en una amenaza para otras especies.
Es una especie principalmente granívora porque se alimenta de semillas de plantas tanto silvestres como cultivadas y en su hábitat tiene preferencia por zonas urbanas y suburbanas, especialmente en parques y algunas otras áreas arboladas, donde se reproducen rápidamente, ya que pueden llegar a tener entre 4 y 8 huevos que nacerán en alrededor de 26 días y después de nacidos pueden vivir un máximo de 20 años.
¿Cómo llegaron los pericos Monje a Chihuahua?
La llegada de los pericos Monje a Chihuahua se dio sin duda por culpa de los humanos al traerlos como mascotas y se tiene conocimiento que en la década de los años 90 ingresaron al país más de 500 mil ejemplares, de los cuales muchos de ellos escaparon o fueron liberados intencionalmente por sus dueños y esto permitió se expandieran en diferentes regiones del territorio nacional.
Es por ello que se dice que fue de esta forma como llegaron a Chihuahua y se adaptaron a su clima extremo, comenzando así su reproducción y también a luchar por el espacio con las aves nativas, hasta convertirse en intrusos.
Fue así como la cotorra argentina que tiene mucha adaptabilidad, además de que puede volar grandes distancias encontró en Chihuahua las condiciones propicias para establecerse y es por eso que desde el año 2011 se tiene la presencia de parvadas verdes sobre todo en la capital del estado.
De acuerdo a Ricardo Soto, investigador de la UACH Zootecnia y Ecología de la UACH, el primer registro de su presencia se dio ese año precisamente en la Facultad de Zootecnia y Ecología, pero luego esta especie de aves se expandió por diversos sectores de la ciudad de Chihuahua, principalmente en la colonia Santo Niño, donde existe el nido más antiguo frente a la alberca.
Los pericos Monje habitan principalmente en parques y anidan en partes altas de árboles como palmeras, pero también en casas, postes y antenas de telecomunicaciones.
Es así como la ciudad de Chihuahua se ha convertido en el principal hábitat de los pericos Monje en el estado, pero también su presencia está en Delicias, donde está creciendo la población, así como en Meoqui y también en Janos y Juárez, aunque se estima que existen en libertad en menos proporciones, mientras que en otras ciudades de la entidad se tienen exclusivamente como mascotas y en cautiverio.
¿Qué daños causa el perico Monje como invasor en Chihuahua?
Los pericos Monje actualmente figuran en los primeros lugares de la lista de especies invasoras que realizó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) por el simple hecho de que es muy rápida para reproducirse y de igual manera su crecimiento poblacional, por lo que ocupa y utiliza recursos naturales destinados para otras especies nativas que a menudo se ven desplazadas.
Precisamente entre los daños que ocasionan los pericos Monje, es que, al ser considerados como una especia agresiva, termina por remplazar a las aves originarias de la región y acaparan su alimento, provocando que las nativas se desplacen a otras zonas más alejadas.
Por su parte, debido a que su alimentación es a base de granos de plantas de la agricultura como espigas de maíz, nueces, manzanas, duraznos y arroz, entre otros, el perico Monje puede convertirse en una plaga al causar daños o la pérdida de cultivos.
Otro de los daños que ocasionan, es porque el perico Monje es la única especie de loros que construye sus nidos con ramas y para ello las rompe de los árboles, perjudicando a otros nidos y al mismo entorno, dado que sus nidos son tan grandes que pueden llegar a pesar más de 150 kilos, donde viven junto con otros grupos de esta especie.
Además, por su preferencia por anidar en zonas altas, su reproducción pone en riesgo los árboles y la infraestructura urbana como postes y cables, ya que pueden causar daño al servicio de electricidad o de comunicaciones.
Como se puede observar el crecimiento desmedido de los pericos Monje en Chihuahua amenaza el equilibrio del ecosistema, por lo que, según los expertos, se necesita implementar un programa de control de la población de esta especie de aves, pero para ello se requiere de una fuerte inversión para disminuir su población sin causarles daño, puesto que ya están aquí y llegaron para quedarse como una especie exótica e invasora.
Publicado originalmente en El Sol de Parral