¿Por qué las hojas cambian de color durante el otoño?

Durante el otoño, las hojas cambian de color debido a la disminución en la producción de clorofila; este proceso es parte de la preparación de los árboles para el invierno

Alex Mata / El Sol de Parral

  · sábado 28 de septiembre de 2024

Sin la clorofila, pigmentos como los carotenoides y antocianinas se hacen visibles, mostrando tonos amarillos, naranjas, púrpuras y rojos. Foto: StockSnap / Pixabay.com

El otoño es una de las estaciones más llamativas del año, no solo por la bajada de temperatura, sino por el espectáculo visual que ofrecen los árboles. Cuando el verano llega a su fin, muchas especies de árboles comienzan a transformar su paisaje: hojas verdes se tornan amarillas, naranjas y hasta rojas. Este proceso no solo es bello, sino que está profundamente relacionado con la biología de las plantas y el cambio estacional.

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Fotosíntesis, clorofila y diferentes colores

Para entender por qué las hojas cambian de color, es necesario hablar de la fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas convierten la luz solar en energía. Las hojas contienen clorofila, el pigmento que les da su color verde y que es vital para absorber la luz solar. Sin embargo, cuando el otoño se acerca, los días se acortan y las temperaturas bajan, la cantidad de luz disponible disminuye, afectando la producción de clorofila.

A medida que los árboles detectan menos luz solar, comienzan a degradar la clorofila en las hojas para conservar recursos. Sin la clorofila que cubre los demás pigmentos, otros colores que estaban presentes todo el tiempo, pero ocultos, empiezan a brillar. Es aquí cuando entran en juego los carotenoides (que producen tonos amarillos y anaranjados) y los antocianinas (responsables de los tonos rojos y púrpuras).

Foto: Polifoto / Pixabay.com

No todos los árboles cambian de color de la misma manera. Los álamos y los arces, por ejemplo, suelen exhibir hojas de tonos dorados o amarillos, mientras que los robles pueden tener hojas marrones o rojizas. Esta variedad de colores también depende de factores externos como la temperatura y la humedad. Un otoño cálido y soleado con noches frescas favorece la aparición de los colores más brillantes.

Un mecanismo de supervivencia

El clima juega un papel fundamental en la intensidad y duración de los colores otoñales. Si las temperaturas son moderadas y no hay heladas tempranas, los pigmentos que dan lugar a los colores tienen más tiempo para desarrollarse. Por otro lado, un otoño más seco puede acelerar la caída de las hojas, reduciendo la duración del espectáculo visual.

Este cambio de color no es solo una exhibición estética, sino parte de la estrategia de supervivencia de los árboles. Al reducir la producción de clorofila y deshacerse de sus hojas, los árboles disminuyen la pérdida de agua y se preparan para sobrevivir durante el invierno, cuando las condiciones son más adversas para la fotosíntesis.

¿Qué pasa después del otoño?

Una vez que las hojas han cambiado de color y caen al suelo, el árbol entra en un estado de reposo durante el invierno. Sin la necesidad de mantener hojas vivas, puede concentrar su energía en preservar sus recursos para la siguiente primavera, cuando nuevas hojas verdes volverán a crecer y el ciclo se repetirá.

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El cambio de color en las hojas no solo es un recordatorio de la llegada del otoño, sino también una señal de los mecanismos de adaptación que los árboles han desarrollado a lo largo de millones de años. Este fenómeno es un testimonio de cómo la naturaleza, en su búsqueda de equilibrio, combina belleza y eficiencia para garantizar la supervivencia de las especies.

Publicado en El Sol de Parral