La leche o bebida de almendras es un alimento líquido elaborado a partir de almendras molidas ─o pasta de almendras─ y agua. Es consumida tanto pura como utilizada de ingrediente en recetas de cocina; sin embargo, está causando un gran daño a la naturaleza.
Y es que a pesar de que es un producto sostenible que ofrece numerosos beneficios para la salud; su producción pone en riesgo la supervivencia de las abejas.
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¿En qué consiste la producción de leche de almendras?
La leche de almendras no es "leche" y proviene del árbol Prunus dulcis, que se cultiva en distintas regiones del mundo; sin embargo, en el Valle de California se encuentran los centros de producción más poderosos del globo.
Se obtiene moliendo las almendras muy finamente y añadiendo agua, colando para separar el sólido tras la maceración. Se puede elaborar de forma casera: para ello la regla general es por cada sesenta almendras medianas (remojadas durante ocho horas en agua) colocar un litro de agua segura, licuar, y colar en un filtro de café.
El líquido resultante es la bebida de almendras y es nutritiva, baja en calorías, fortalece los huesos, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, no eleva el azúcar en la sangre y es libre de lácteos.
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A pesar de ser saludable para el humano, ¿por qué es dañina su producción para las abejas?
De acuerdo a la publicación de National Geographic, en Estados Unidos, el consumo de leche de almendras ha aumentado en un 250 % en ese tiempo, lo que ha traído una derrama económica de 1,200 millones de dólares al año.
Y ante dicho crecimiento, el 80 por ciento de la producción se concentra en California, y el papel de las abejas, quienes se encargan de polinizar los almendros, se ocupan al menos de un tercio de las poblaciones de abejas para la polinización, es ahí cuando mueren de cansancio.
Tan solo en el año 2020, 50 mil millones de abejas perdieron la vida debido al uso irresponsable de pesticidas para la agricultura que provocaron intoxicaciones y un agotamiento extremo al no poder descansar en invierno.
"Los campos de producción donde polinizan a los almendros no consideran este espacio en la agenda anual. De esta manera, su biorritmo se interrumpe y altera, afectando su salud y bienestar general. A pesar de que el sector agroalimentario global depende en gran medida de las abejas, estas prácticas irresponsables y poco éticas en Estados Unidos está cobrando miles de millones de ejemplares al año. recorrer" dice National Geographic.