Conocido popularmente como "el monumento al cigarro", esta peculiar escultura ha generado innumerables debates y curiosidades a lo largo de los años.
Detrás de su apariencia y nombre coloquial se esconde una historia mucho más compleja y significativa.
Durante décadas, los juarenses han asociado esta obra con el consumo de tabaco, generando controversia y críticas.
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El Origen del "Nuevo Ciudadano":
El monumento fue creado a finales de los años 90 por un grupo social llamado Progreso, con la intención de simbolizar la unión y participación ciudadana
El nombre oficial de la obra, "El Nuevo Ciudadano," refleja esta aspiración de fomentar un sentido de comunidad y progreso en la ciudad.
Desafortunadamente, se sabe poco sobre el artista responsable de esta peculiar creación.
Solo se conoce su apellido, Rodríguez, y las razones detrás de su diseño tan singular siguen siendo un misterio.
La desaparición del grupo Progreso ha dificultado aún más la tarea de desentrañar los detalles de este proyecto.
A pesar de sus intenciones originales, el monumento ha generado controversia desde su creación: su forma, que recuerda a un cigarro, ha sido objeto de críticas y ha llevado a algunos a cuestionar su mensaje.
Incluso se han planteado propuestas para retirarlo, aunque hasta ahora se ha mantenido en pie.
Esta obra es un punto de referencia para los juarenses y un recordatorio de la importancia de preservar la historia y la cultura de nuestra ciudad.