Fue el 19 de mayo de 2009 la última vez que José Luis Castillo vio a su hija de 14 años cuando salió de su casa para ir a la escuela en Ciudad Juárez. Tomó un camión de transporte público porque su padre se encontraba enfermo; a la salida, volvería a tomar otro camión para ir a casa, pero eso nunca ocurrió.
Esto sucedió cerca de la Escuela Secundaria Técnica #79, entre las calles Rafael Velarde y Vicente Guerrero, en la zona Centro, lugar donde José Luis y Martha Rincón regresarían para colocar mantas con la fotografía de Esmeralda Castillo Rincón para localizarla.
- Tal vez te interese leer: Familiares de la desaparecida Esmeralda Castillo Rincón se manifiestan en Puente Santa Fe
El papel de las autoridades en el caso
Fue entonces cuando el padre de Esmeralda pidió ayuda a las autoridades, pero después de un tiempo, al pedir pesquisas para pegarlas en las calles, le entregaron una o dos hojas y le dijeron que él debía sacar sus propias copias.
Dos años después, ambos padres denunciaron que las autoridades no activaron el Protocolo Alba y por su cuenta, la familia Castillo Rincón fue a dar la Ciudad de México, tras una pista poco probable de que Esmeralda había sido trasladada allá para prostituirse.
Con poco apoyo en Chihuahua, solicitaron ayuda a la entonces Fiscalía Especial para los delitos de Violencia contra Mujeres y Trata de Personas del Distrito Federal, pero en abril de 2012, el señor Castillo y su hijo fueron acusados de robo y detenidos, aunque siempre dijeron que fue por engaños.
En 2014, las autoridades le aseguraron que habían encontrado a su hija, pero cuando quisieron analizar el ADN de las pruebas, el estado no les permitió el uso del laboratorio y se ha comprobado que el nombre de Esmeralda Castillo Rincón ha sido borrado del censo de personas desaparecidas en el país y vuelto a poner tras la presión de las personas que han estado siguiendo la lucha.
La búsqueda no ha parado 15 años después
Esta búsqueda le costó su empleo, ya que su tiempo lo consumió buscando a su hija, hasta que lo hicieron elegir y como todo padre desesperado haría, decidió que haría todo por sus hijos y hoy sobreviven gracias a la venta de hamburguesas.
Con los ingresos que la familia consigue, los padres, Martha y José Luis, han logrado participar en marchas para que las autoridades no olviden el nombre de su hija, siempre portando una manta con su foto, junto a la leyenda “No me olviden, falto yo”.
Quince años después de que Esmeralda desapareció, José Luis Castillo y Martha Rincón salieron el 19 de mayo de 2024 para nuevamente manifestarse en las calles Rafael Velarde y Vicente Guerrero y caminaron a las Cruz de Clavos, acompañados por los asistentes que portaban una lona grande con los ojos impresos de la desaparecida con otra leyenda:
“Que la intensidad de mi mirada les recuerde cada vez que fingieron ceguera ante nuestra realidad”