Cuando nos bañamos o nadamos estamos acostumbrados a ver como las palmas de nuestras manos y la planta de nuestros pies comienzan a arrugarse, pero ¿Sabes por qué sucede esto?
Y es que es algo que nos ha sucedido a todos, pareciera que es algo que provoca directamente el agua a nuestra piel, pero esto no es así, más bien nuestra piel es la que automáticamente reacciona, como si fuera una habilidad especial que tenemos los seres humanos.
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¿Por qué estas áreas de la piel se arrugan cuando se exponen al agua?
Ciertas partes de la piel humana reaccionan con el agua a diferencia del resto del cuerpo, la piel de los dedos y las palmas de las manos, así como también los dedos de los pies y las plantas de estos, se arrugarán después de un período de exposición al agua.
Algunos creen que es una reacción bioquímica. Un proceso osmótico por el cual el agua arroja ciertos compuestos sobre la piel, dejando así un área de piel seca y arrugada.
Pero los científicos saben que no es así, y esto se debe a que los cirujanos han aprendido que si se eliminan ciertos nervios del dedo, ya no se arrugarán.
En 2011 y según el investigador Changizi y su equipo, las arrugas que resultan de la exposición al agua pueden ser consideradas diminutos sistemas de drenaje manuales de río. Básicamente, las arrugas buscan drenar el líquido para tener un mejor agarre.
“Al presionar la yema del dedo en una superficie húmeda, se exprime el líquido de debajo del dedo a través de los canales, y al terminar este singular flujo pulsátil toda la piel del dedo entra en contacto con la superficie", concluyeron los investigadores.
Las arrugas mejoran la manipulación de los objetos mojados
Un estudio de 2013 realizado por neurocientíficos británicos reveló que los dedos arrugados ayudan a las personas a lidiar con objetos húmedos.
Los científicos, al realizar un experimento descubrieron que los dedos arrugados permitían a los participantes mover objetos más rápido cuando estaban sumergidos, aunque no encontraron ninguna diferencia con los objetos secos.
Se les unieron también un grupo de investigadores taiwaneses, y después de una serie de experimentos también llegan a la conclusión de que no había una diferencia significativa en la capacidad para manejar objetos, si los dedos estaban suaves o arrugados, o si los objetos estaban secos o sumergidos.
Changizi cree que la reacción del arrugamiento de la piel es útil para apoyar el propio peso corporal, y no tanto para manipular pequeños objetos.
Así que este verano, cuando caminemos sobre superficies resbaladizas sin arriesgar nuestra vida no confíen en esas arrugas de los pies ya que es probable que se resbalen y sufran algún accidente.