Durante los años 50 y 60, en Ciudad Juárez surgió un lugar bastante peculiar, un bar subterráneo que fue considerado por muchos una joya arquitectónica y es ahora un testimonio de lo que fue la vida nocturna en la época dorada de la ciudad.
Bajo las calles de la Avenida Juárez se encuentra Las Grutas, que fue un lugar distinguido por su ambiente fuera de lo común, pero acogedor.
Con una llamativa puerta a su entrada, sus paredes eran de piedra y la iluminación tenue del sitio permitía que se creara la atmósfera íntima ideal para disfrutar de la noche con una copa y buena música, cuyo piano era el protagonista de la noche con sus melodías.
Punto de reunión para todo personaje juarense
En sus buenos años, este lugar era de encuentro para los juarenses, acudían artistas, intelectuales y personalidades célebres del momento para compartir entre ellos sus ideas, música y experiencias. Algunos han llegado a comentar que celebridades internacionales pisaron suelos fronterizos para visitar el bar, siendo atraídos por la fama y encanto del mismo.
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Como es bien sabido, artistas reconocidos y entrañables como María Félix, Germán Valdés, Juan Gabriel, Pedro Armendáriz y otros más vinieron a disfrutar de la fiesta en la ciudad que no dormía en sus años dorados.
Sin embargo, los años y el desarrollo en miras de lo industrial de la ciudad, hizo que el sitio perdiera su toque fantástico y cerró sus puertas, formando hoy en día parte de uno de los cientos de lugares abandonados que hay en Juárez.
Un llamado a la recuperación
Hay muchos juarenses que anhelan volver a ver con vida a Las Grutas, pues la idea de poder revivir la historia que alguna vez el bar dejó emociona a unos cuantos, por el valor histórico y cultural que lo han convertido en un tesoro de la imagen fronteriza.
Muchos tuvieron familiares que trabajaron como músicos en el lugar, otros tantos recuerdan haberse divertido en noches de su juventud con amigos o parejas y la idea de verlo desaparecer no es una opción.
Por supuesto, para muchos la historia del lugar seguirá viva por siempre como un símbolo de una época que vio nacer innumerables anécdotas, que marcarán la memoria del lugar y la imagen de Ciudad Juárez por siempre.