A un costado del poblado de Samalayuca se encuentran las ruinas de lo que un día fue una próspera fábrica de sal. Que operó de 1940 a 1960, época en la que fue epicentro de la actividad industrial de la región.
Las condiciones naturales de la zona desértica contaban con la presencia de grandes bancos de sal y salitre que la industria aprovechó por alrededor de 20 años.
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El Salado suministró grandes cantidades de salitre procesado y transportado en trenes que partían desde la estación de Las Salinas, cercana a Samalayuca, a distintos puntos de la república mexicana.
Además de la extracción de sal, esta empresa fue pionera en la producción de agua embotellada en recipientes de plástico PET, debido a que aprovecharon los mantos acuíferos de la región de El Salado para incursionar en la venta y producción de agua purificada y embotellada.
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¿Cómo operaba El Salado?
La obtención de sal se basaba en un proceso sencillo pero que requería el conocimiento completo de las condiciones geográficas y climatológicas de la zona desértica en la que se ubicaba la empresa.
El sol era el principal agente dentro de la evaporación del agua del lago. A medida de que el agua se evapora, la concentración de sal en el líquido residual aumenta considerablemente.
Cuando alcanza el punto de saturación, la sal comienza a cristalizarse en el fondo del lago debido a la evaporación. Esta se concentraba en el fondo del lago, formando una costra sólida.
La recolección de la sal era realizada con equipos especializados. Era procesada para eliminar impurezas y obtener un producto de calidad.
Para realizar este procedimiento se utilizaban distintas técnicas y maquinaria innovadora en la época como:
-raspado mecánico: grandes rastras de metal, arrancadas por tractores que se deslizaban sobre la costra de sal, desprendiéndola en grandes bloques.
-corte en bloques: luego de obtener estos bloques se utilizaban herramientas para cortar las costras de sal en bloques manipulables de tamaño manejable.
-Trituración: los bloques de sal eran triturados en molinos de martillos o rodillos para reducir su tamaño
-Tamizado: La sal triturada se pasaba por cribas de diferentes tamaños para separar las impurezas y obtener grandes granulometrías, es decir, el producto granulado en grandes cantidades.
-Secado: La sal húmeda se secaba al sol o en secadores artificiales para reducir su contenido de humedad y mejorar su conservación.
Actualmente existen planes para solicitar el comodato del terreno donde se encuentra El Salado, con el objetivo de protegerlo y convertirlo en un espacio cultural y educativo.
De esta manera se preservaría el vestigio de este patrimonio industrial.