El hoy conocido como Viaducto Díaz Ordaz, fue construido en 1954 bajo la administración de Pedro N. García y se le nombró en una primera instancia "Arroyo Colorado" . Diferentes historias rodean a este sitio, algunas trágicas como la inundación del 16 de julio de 1954 que cobró la vida de muchos habitantes de la zona.
En 1917, el barrio del Arroyo Colorado surgió gracias a los hermanos Escobar, quienes presentaron ante el gobierno municipal los planos de un terreno cercano al arroyo, este mismo terreno se dividió en lotes y fue vendido para la construcción de diversos tipos de inmuebles.
Actualmente la colonia Arroyo Colorado cuenta con un espacio de 36 hectáreas y una población de al menos 3 mil personas.
¿Cuál es la leyenda de las brujas del Arroyo Colorado?
Muchas historias rodean a esta colonia y espacio de la ciudad, historias que se asocian a eventos políticos o de desarrollo urbano, sin embargo, aquella que más se cuenta tiene que ver con cinco hermanas, todas jóvenes muy hermosas que vivían en un pequeño rancho a las orillas de la ciudad, este rancho recibía el nombre El Arroyo Colorado.
Las hermanas, para poder mantenerse y ganar su propio dinero, rentaban el rancho, pues este era muy grande y el corral que tenían era enorme; allí se hacían bailes y contrataban músicos y artistas callejeros para dar entretenimiento. La gente de la ciudad, por supuesto, asistía con gran ánimo, donde tenían que pagar una entrada para poder asistir y también cobraban una cuota más por bailar con ellas.
De las hermanas, Margarita, quien era la más joven de todas, era también la más cotizada entre los hombres de la ciudad por su sorprendente belleza y carisma. Hombres guapos, feos, ricos y pobres buscaban la manera de acercarse a Margarita para conquistarla.
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Se dice que en una ocasión, a uno de los bailes asistió un hombre, se trataba de un ranchero que para muchos era muy atractivo y poderoso, el hombre era alto y siempre iba bien vestido, además, un hermoso caballo era el que montaba, por lo que inmediatamente todos en el lugar quedaron impactados, menos las hermanas, quienes acostumbraban a ser buscadas por todo tipo de hombres.
Sin embargo, el ranchero acudió con toda la intención de casarse con Margarita, así que al llegar, no perdió su tiempo e inmediatamente preguntó por ella, pero Margarita, que se encontraba bailando ya con otro caballero, no le hizo caso ni se sintió sorprendida por su presencia.
El hombre, acostumbrado a tener todo lo que quería, se molestó al ver el rechazo de la joven hacia él, por lo que con su enojo encima suyo, hirviéndole en la sangre, se acercó a ella, jalándola del brazo para apartarla de aquel otro señor y con toda autoridad se dio el permiso de obligar a la joven a bailar con él.
Una vez habiéndole cobrado al ranchero, bailaron toda la noche, por lo que el ranchero estaba completamente seguro de haber enamorado a Margarita con sus pasos de baile y sintió entonces con el valor de invitarla a pasear cerca del arroyo; Margarita accedió, pero estando una vez allí, una neblina oscura comenzó a rodearlos y el hombre comenzó a tensarse y asustarse.
Pensaba el ranchero que solo estaba nervioso, imaginando qué podría decirle a la joven, seguro de que esta caminaba a su lado, se quedó atónito al percatarse de que Margarita apenas tocaba la hierba, pues iba como flotando sobre esta.
El ranchero no esperó más, tomo una cuerda que colgaba del asiento de su caballo y con varios giros la lanzó sobre Margarita para capturarla mientras le decía que había escuchado los rumores de que las jóvenes hermanas eran brujas, pero él no creería en esas tonterías y estaba decidido a irse con ella. En ese momento, subió a Margarita al caballo y se la llevó hacia el desierto.
Las semanas pasaron y las hermanas desconocían el paradero de su pequeña hermana, hasta que un día, finalmente, divisaron a Margarita caminando cerca del arroyo, camino hacia el rancho; en ese instante las hermanas saltaron de felicidad, se alegraron tanto al ver a Margarita que corrieron en dirección a ella para abrazarla y expresar lo preocupadas que estuvieron en su ausencia.
Margarita, con una risa presumida y orgullosa les preguntó que cuál sería la preocupación que podrían tener, si no había ningún mal que pudiera contra ella.
Tan solo unos pocos días después, cerca del desierto, encontraron al hermoso caballo del ranchero, que desesperado vagaba por regresar a su hogar y cerca de este, se encontraba el cadáver de un hombre, un hombre que parecía una momia, a tan solo un toque de convertirse en el mismo polvo del desierto, ¿lo extraño? es que llevaba las mismas ropas que usó aquel hombre ranchero que visitó Ciudad Juárez para llevarse a Margarita.