En el Monumento a Benito Juárez, sobre la calle Ramón Corona, podemos encontrar todos los domingos a partir de las 11 am el conocido “Bazar del Monu”, un famoso tianguis en el que te será posible encontrar de todo.
Este lugar de comercio se caracteriza por ser de estilo “vintage”, porque dentro de los artículos que los vendedores ofertan, hallarás antigüedades como vinilos, libros viejos y monedas, así como inciensos, esencias, joyería artesanal, plantas, cuarzos, bisutería y comida.
Además, suelen llevarse a cabo eventos artísticos y culturales, pues a menudo se organizan presentaciones musicales en donde traen a artistas locales o se practican talleres de lectura, pintura y escritura.
Los juarenses disfrutan de un rato agradable y de un paseo dominguero en el Monumento explorando la mercancía que muchos de los vendedores que se establecen pueden llegar a ofrecer.
Los precios tienden a ser accesibles y la diversión es un sí garantizado si te gusta explorar minuciosamente y pasar de buenos ratos.
Una esquina de cultura por y para los Juarenses
Los organizadores del Comité del Bazar del Monu son personas comprometidas con la cultura, y esto mismo se ve reflejado en las segundas del Monumento, así como en las redes sociales del bazar, donde dan aviso de sus próximos eventos y también impulsan otros de artistas locales.
La profesora Carolina Heimpel destaca la importancia de estos espacios sociales y culturales, pues son escenarios que permiten a los ciudadanos la expresión y retrato cultural de la frontera, que se construye y reúne desde distintos actores y que, además, lleva cerca de 23 años siendo un foco para el desarrollo y crecimiento de la representación artística en Juárez.
Heimpel relata que este bazar surgió gracias a un grupo de amigos y gestores culturales que plantearon la idea de tener un tianguis cultural como los que pueden encontrarse en otras partes del país como en CDMX con el Chopo, buscando siempre que se trate de un espacio público.
Fue de esa manera en la que pronto pintores, actores, estudiantes y personas de la escena fundaron este bazar de tinte cultural, que no solo sirve para la venta y compra de productos, sino para la convivencia y expresión ciudadana.
Así, finalmente, explica la profesora, el Monumento de Juárez dejó de ser una zona olvidada y rechazada para convertirse en un espacio de recreación, en el que la gente puede reunirse a cantar, pintar, bailar o dibujar, siendo una red entre artistas y gestores.