Uno de los edificios históricos que es emblema en la ciudad de Parral lo representa, sin duda, el majestuoso Palacio Alvarado. Fue la residencia de la familia del mismo apellido y hoy en día es un orgullo para los parralenses, ya que luego de su rescate, conserva intactas sus hermosas habitaciones y sus singulares muebles de la época.
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Después de su importante remodelación fue convertido en museo y en un gran centro cultural donde se realizan diversas actividades como exposiciones, presentación de libros y de artistas; toda una gama de eventos que resaltan el grandioso edificio construido entre los años 1898 y 1904 por el arquitecto Amérigo Rouvier.
El edificio tiene muchos detalles para destacar, como los "frescos" del pintor italiano Antonio Decanini. La casa tiene dos pisos y fue construida en cantera de color marrón. Cuentan las crónicas que su fachada exterior está excesivamente decorada con muchos detalles escultóricos y en su interior destaca el patio central con una fuente.
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Destaca por su belleza
Este centro cultural es una mezcla armónica de estilos neobarroco, neorrenacentista y neoclásico. En el centro de su fachada exterior hay un medallón con la fecha de 1903 y como remate una figura femenina sentada, además como lo comentamos, sus muebles son europeos hechos de madera fina como la caoba y el ébano. Las escaleras tienen escalones de mármol de Carrara con columnas corintias, iónicas y salomónicas; además de una capilla privada con sillas forradas de terciopelo.
Entre otros detalles destacan también cortinas de estilo francés, armaduras e instrumentos musicales; los cubiertos son de plata, jarrones mayólicos traídos de Austria y en las paredes retratos familiares. Todo esto se distribuye en sus espaciosas habitaciones que en algún tiempo fueron habitadas por la familia Alvarado Griensen.
Las figuras de los Aguadores
Sin embargo, de entre todos los detalles aquí narrados destacan algunos por su peculiaridad y significado. Nos referimos a las figuras de los "Aguadores" que vigilan sigilosos la fachada del palacio entre infinidad de diseños arquitectónicos que tiene la emblemática construcción hecha por Amérigo Rouvier a finales de 1890.
Pero ¿de qué se tratan estas figuras? De acuerdo al administrador Martín Márquez en declaraciones durante una entrevista con esta casa editora, dijo que con este diseño don Pedro Alvarado quiso rendir un homenaje a todas aquellas personas que se dedicaban a sacar agua de las minas, precisamente en una región tan rica en metales, como lo es Parral y sus alrededores como Santa Bárbara y San Francisco del Oro.
Así, como parte de los diseños, Pedro Alvarado inmortalizó a esos hombres que tenían la encomienda de sacar el agua de las minas utilizando para ello cubetas que una a una las dejaban sin una gota. De esta manera, los “Aguadores” quedaron plasmados en las hermosas esculturas precisamente en la fachada del palacio.
Lo anterior retoma una gran importancia, ya que el origen de don Pedro Alvarado era, precisamente, la minería. Por ello, cobran relevancia las figuras de los "Aguadores" en la fachada de la bella casona, la cual fue construida durante cinco años -de 1898 a 1903-, todo diseñado puntualmente por el arquitecto Amérigo Rouvier, pero decorado cuidadosamente con el gusto de la señora Virginia Griensen.
Otros detalles para destacar es que el palacio fue edificado por maestros canteros, marmolistas, carpinteros, pintores locales y extranjeros, entre los que destacan Isaac L. Ceballos, y como ya dijimos, el cubano Federico Gabriel Amérigo Rouvier, además de los decoradores como el italiano Antonio Decanini y el alemán Gustavo Langeberc.
Si usted, lector, llega a visitar el palacio, desde el exterior en la parte más alta de la fachada podrá apreciar las emblemáticas figuras de los "Aguadores", pequeñas figuras que cargan las cubetas en su hombro, como recuerdo del siglo XIX y XX, cuando realizaban la ardua tareas de extracción de agua en las ricas minas de la región sur del estado de Chihuahua que tuvieron muchos años de bonanza.
Publicado originalmente en El Sol de Parral