Como en casa. Los seguidores del Atlas que viajaron a Ciudad Juárez para presenciar el duelo entre Bravos y el campeón rojinegro, se sintieron más que seguros, después de los hechos lamentables vividos la semana pasada en el estadio La Corregidora, en Querétaro, donde fueron agredidos arteramente por las barras locales, dentro y fuera del inmueble.
Conforme la tarde cedía en la frontera norte del país, los aficionados de ambos equipos se empezaron a congregar para entrar al estadio Olímpico Benito Juárez, sede del encuentro, y lo que se notó a simple vista fue que las autoridades locales no se anduvieron por las ramas y reforzaron hasta los dientes la seguridad.
Según cifras de la autoridad local, cerca de 300 elementos de Seguridad Pública Municipal fueron asignados para este partido, además de agentes estatales y de la Guardia Nacional. Al llegar al inmueble, y en plena pandemia aún, los aficionados debieron cumplir con los protocolos de sanidad y tras esto, fueron revisados por policías locales en dos retenes distintos para que hubiera máxima seguridad.
Sin nada que los pudiera impedir, pues tuvieron el paso libre, el equipo de Diego Cocca, el Atlas, arribó a las 18:15 horas; mientras que unos minutos más tarde lo hizo el del Tuca Ferretti, los Bravos de Juárez.
Yamilé Villalvazo, seguidora del Atlas que hizo el viaje a Ciudad Juárez fue enfática al ser consultada por la razón de estar en el estadio de los Bravos, después de los hechos en Querétaro: “Venimos a estar con ellos, como aficionados, lógicamente, además venimos a conocer a aquí, Ciudad Juárez”. Sobre las medidas implementadas por las autoridades del futbol, en el sentido de no permitir el viaje ni admisión en los estadios de las barras visitantes, Yamilé indicó: “Creo que más que nada es una acción directa por seguridad, como en todo, pero también debe haber la otra parte, porque la afición del Atlas lo sigue a donde quiera, con restricción o sin restricción, ahí van a estar, porque va a haber gente local que le va al Atlas, porque el equipo no sólo es de Guadalajara, así que si quieren restringir a las barras, están en su derecho, porque lo que pasó en Querétaro fue algo horrible, todos nos quedamos consternados, por lo que si es por el bien de los demás, qué le podemos hacer”.
Ya dentro del inmueble, se pudo observar que en la zona en la que se ubica la porra de los Bravos fue puesta una manta que decía: “No Más Violencia. Queremos La Paz”, además de que los policías municipales rondaban por los pasillos en cada momento.
A pesar del frío intenso que se registró en Ciudad Juárez, ambos equipos salieron a calentar y el calor empezó a fluir por la pasión futbolística, en un estadio en el que se vieron, incluso, bomberos, en un estadio que fue blindado para que los seguidores locales y visitante rojinegros, se sintieran como en casa.