El analista cultural Eduardo Cruz Vázquez, ve con optimismo el nombramiento de Claudia Curiel de Icaza como secretaria de Cultura dentro del gabinete de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, pues considera que representa “un cambio generacional” en comparación a las administraciones que la antecedieron.
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“Ella pertenece grupo de gestores culturales que tal vez no estudiaron propiamente esa carrera, pero que se formaron en los nuevos modelos propios del siglo XXI. Es una mujer que nació en los finales del siglo XX, por lo que, cuando era aún muy joven, ya estaba muy avanzada la oleada tecnológica, así como nuevas vanguardias que han definido las formas de hacer gestión cultural.
“Creo que debe de primar el optimismo, ya que su edad y las condiciones en las que se formó tendrían que sembrar un nuevo discurso mucho más apegado a la filosofía y mística de Sheinbaum”, comenta en entrevista Eduardo Cruz Vázquez fundador del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU) y columnista de esta casa editorial.
Otro punto que destaca Cruz Vázquez, es que a su parecer el nombramiento de Claudia Curiel se trata de una decisión que responde más a la relación directa entre ella y la presienta electa, la cual se consolidó cuando ésta última fue jefa de Gobierno de la Ciudad de México y Curiel secretaria de Cultura capitalina.
“Mientras el presidente de la república se preocupa y se ocupa de tirar línea y decir cosas alrededor de otras posiciones del gabinete e incluso de otras que aún no han sido asignadas, en el caso de Cultura, el presidente no tuvo durante su sexenio un activismo central”, considera el experto.
ENTRE PENDIENTES Y HERENCIAS
Sin embargo, Cruz Vázquez también reconoce la existencia de “un caudal de pendientes y herencias” de la administración saliente, y que “de forma natural” Curiel tendrá que atender, ya que la misma presidenta electa ha dicho que su gobierno será “el segundo piso de la cuarta transformación”.
“La postura inicial de Curiel será la confirmación el seguimiento de muchos de los proyectos que nacieron en esta administración, como son los relacionados a cultura comunitaria, el Proyecto Chapultepec o todos los trabajos que se han derivado de la construcción del Tren Maya. Es evidente que tendrá que seguir adelante porque, además son golpes de realidad, pues se trata de cosas que están ahí”, apunta.
Resalta que hay una serie de propuestas propias de la administración, las cuales fueron expuestas durante el pasado “Diálogo por el sector Cultural”, organizado por el GRECU, en el que representantes de los partidos, entonces aún en competencia electoral, como la política económica y laboral.
“Hay que considerar que este sexenio que termina deja un saldo de situaciones conflictivas contra organizaciones de la sociedad civil en los fondos que venían recibiendo. Así que ahí queda un campo de trabajo que queda abierto a la reconciliación y una nueva forma llevar a cabo las cosas.
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“El GRECU y yo hemos abogado mucho porque el problema es de política económica y no de política cultural, por lo tanto, suponemos que una persona como Claudia Curiel, va a estrechar una relación con la Secretaría de economía, para echar mano a una serie de pendientes de trabajo transversal”, señala.
PRIMER DESAFÍO
Con la Resolución Miscelánea Fiscal para 2025, que se publicará a inicios de septiembre, el primer desafío de la futura secretaría de Cultura, “será ver qué tanto puede influir y hacer sentir su presencia, aunque no haya tomado posesión”, apunta el investigador.
“Es evidente que hay una gran cantidad de recursos que ya están programados y que no van a poder tocarse, y además hay una gran cantidad de frentes de trabajo que se abrieron en este sexenio y que se espera que sean consolidados”, afirma el analista, quien considera que esto se verá aún más claro cuando sea publicado en noviembre el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2025.