El lingüista Edgar Adrián Moreno explica sobre la duda de escribir o pronunciar ralámuli o rarámuri: “Todos los idiomas se componen de sonidos, que al combinarse comienzan a formar palabras que utilizamos para dar a entender nuestro mensaje. Las lenguas tienen un número limitado de sonidos con los cuales se pueden crear las palabras, el ser humano sólo puede producir 107 sonidos diferentes entre consonantes y vocales y su aparición en los diferentes idiomas varía. Algo que también distingue a los idiomas son las consonantes, mientras existen idiomas como el hawaiano con 8 consonantes, el ubykh una lengua que se habló en Turquía y desapareció en 1992 contaba con 84 sonidos consonánticos y sólo dos vocales. Pero entonces, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, ¿Qué es lo correcto?
Esta explicación va muy de la mano con los sonidos que podemos escuchar dependiendo de nuestra lengua madre, es decir, la que aprendimos hablar.
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Estos sonidos que producen las lenguas se llaman “fonemas” y las personas, de acuerdo con el idioma que hablen, pueden identificar en mayor o menor medida un fonema. Por ejemplo, en el idioma francés existe una clara oposición entre (b) y (v) es así que no es lo mismo bu (bebida) vs vu (visto), libre (libre) vs livre (libro), boeuf (res) vs veuf (viudo), entre otras, pero como para los hablantes de español no es importante la distinción entre (b) y (v) no notamos esa diferencia entre la realización bilabial y la labiodental, y podemos asegurar claramente que se trata de un solo fonema, en este caso, b.
También existen sonidos que no importa si existe una variación éste no cambia el significado, como por ejemplo cuando la “b” la pronunciamos a inicio de palabra juntamos los dos labios para poder realizar el sonido adecuado, por ejemplo: barco, balsa, bolsa, beso, bucal; los labios se unen para poder pronunciar bien las palabras ese es un sonido “oclusivo” (se obstruye el sonido del aire).
Ahora bien, cuando la “b” se encuentra entre dos vocales, ya no es necesario juntar los labios para poder pronunciar las palabras, por ejemplo: ábaco, abuelo, había, abajo, abeto; si bien, parece que los labios se juntan estos permiten una salida de aire y, por lo tanto, el fonema es diferente ya que se trata de una consonante fricativa.
Pero para el hablante de español esto no tiene importancia porque damos por hecho que las dos son la misma b. El lingüista, Leopoldo Valiñas, lo explicaba con la metáfora de “Superman”, es decir, Clark Kent y Superman son la misma persona, por ello no pueden estar los dos en el mismo lugar y aparece uno u otro de acuerdo con la situación, a eso en lingüística se le conoce como alófonos.
Los sonidos tienen funciones particulares y el tarahumara no es la excepción. Si bien guarda mucho parecido al español, por ejemplo, ambos idiomas tienen cinco vocales; en cuanto a las consonantes el tarahumara tiene un sonido particular que el español no tiene y se conoce como líquido retroflejo, si buscas en internet el Alfabeto Fonético Internacional éste estará representado por este símbolo: (ɽ), puede parecer una “r”, pero no es así.
Sucede que en tarahumara la “l” es clara y se realiza muy similar al español siempre a inicio de palabra. Entonces tenemos ejemplos como: lá (sangre), láname (amarillo) lámali (caldo de vísceras), labá (güeja), entre otras. Cuando la “l” se encuentra entre dos vocales sucede que no se realiza como tal sino como un sonido líquido retroflejo (ɽ) y voilà tenemos que eso que los hablantes de español escuchamos como una “r” no es precisamente ese sonido y es donde nuestro cerebro nos engaña y los hablantes de tarahumara claramente pueden distinguir un sonido diferente a nuestra “r” por ello, se escribe ralámuli (persona), alewá (alma), belá (ciertamente), entre otras.
Por lo tanto, cuando se creó el manual de escritura del tarahumara, los hablantes de tarahumara dieron cuenta de esta situación en su idioma y uno como lingüista entendió la situación”.