Memorias de Chihuahua
La importancia de un camino en tres diferentes épocas puede verse de forma análoga a un sistema hidráulico que conforma las venas de nuestra sociedad nacida en tiempos de la Colonia a mediados del siglo XVII como una alcaldía mayor posteriormente nombrada San Antonio de Casas Grandes que en el pasado configuro una de las civilizaciones más prósperas de la época prehispánica que floreció en el desierto de Chihuahua (Paquimé).
Los españoles retomaron los tramos recorridos por las antiguas culturas prehispánicas lo que hoy los historiadores denominamos como Ruta de la Turquesa, pues este mineral fue buscado con gran recelo en los confines del norte mesoamericano, el cual fue visto como un lujo empleado como elemento religioso y marcador social cuyo valor se debía en parte a la lejanía de sus yacimientos.
En la época prehispánica distintas culturas comercializaban unas con otras a través de esta ruta en Paquimé como centro ceremonial y comercial. Gracias a las más de cuarenta toneladas de material prehispánico descubiertas a lo largo de sus expediciones podemos atestiguar un constate contacto entre las culturas establecidas en el sur de México y sur de Estados Unidos lo que le permitió al antiguo mundo precolombino conectarse atreves de una exitosa red comercial en este mismo sentido los caminos prehispánicos fueron indispensables para que los españoles se aventuraran tierra adentro de donde se tenía poco conocimiento. Así se comenzó a poblar el actual municipio de Casas Grandes al igual que la mayoría de las comunidades que componen nuestro estado.
Con la transformación de la ruta de la Turquesa, en el sofisticado Camino Real de Tierra Adentro, marca una importancia histórica y, a su vez, los caminos transversales que conectaban con este tramo de dos mil kilómetros de longitud, en los cuales se transitarían distintas expediciones, misiones religiosas, familias y comerciantes españoles, que fueron quienes colocarían los cimientos de presidios, misiones y conventos, por lo cual, en el año 2010, fue incluido una porción del Camino Real de Tierra Adentro como patrimonio cultural de la humanidad.
Cabe mencionar que no se debe confundir la ruta histórica original con la nombrada por la Unesco, pues se ha excluido sitios de gran importancia para la ruta como lo es la ciudad de Chihuahua o la famosa Hacienda de San Diego; aunque estos lugares podrían ser reivindicados ya que actualmente el INAH realiza la búsqueda para encontrar tramos originales del camino en contexto como puentes, empedrados, haciendas, etc.
La causa de llevar en su nombre la palabra “real” fue por grandes yacimientos de uno de los metales preciosos más valiosos tanto en aquellos años como en la actualidad, nos referimos a la plata, cuyo mineral era indispensable para forjar los reales como moneda de cambio del periodo de la Nueva España. Cabe destacar que fue tal el éxito que las monedas acuñadas en el México colonial fueron internacionalmente reconocidas por su alta calidad.
Si bien, nuestra sociedad actual obedece a otros procesos después del montaje de las vías férreas, en gran medida gracias a el crecimiento impulsado por otro periodo histórico: el Porfiriato, que, para garantizar la viabilidad del proyecto ferroviario, los inversores insistieron en la necesidad de llegar primeramente a las minas, entre ellas San Pedro corralitos.
Los primeros trazos de las líneas ferrocarrileras se centraron en la conexión de los antiguos centros mineros para su reactivación al igual el intercambio comercial con la frontera norte por tal motivo, la creación de esta gran red ferroviaria se convirtió en la prioridad central para el gobierno de Porfirio Díaz, teniendo que otorgar muchas garantías a los inversores esto representaría un gran impacto tecnológico y una nueva etapa en este camino que durante estas tres distintas épocas tuvo diversos cambios pasando de ser un camino a las orillas de los ríos a miles de kilómetros de vías de acero forjado.
Es sumamente importante revalorizar este tramo que dio vida al noroeste del estado de Chihuahua. No debemos olvidar que nuestra historia es producto del deseo de los españoles por colonizar las fronteras de su imperio valiéndose de los adelantos y conocimientos de las antiguas civilizaciones, aunque, en la actualidad, ninguno de estos caminos se encuentran vigentes, ya que fueron sustituidos por la moderna carretera de Chihuahua capital a Nuevo Casas Grandes, el valor de sus aportaciones aún tiene que ser estudiado y custodiado para comprender los orígenes de nuestro estado.
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