Memorias de Chihuahua
La Revolución Mexicana no sólo transformó el panorama político, social y económico de México, sino también la vida de miles de soldados campesinos que lucharon en guerra de la revolución. Estos hombres y mujeres, tras años de batalla, esperaban que las promesas de tierra y justicia social se hicieran realidad; sin embargo, la vida post-revolucionaria para muchos fue marcada por la intriga y lucha por sobrevivir, misma que continuó mucho después de que los conflictos cesarán.
Un ejemplo claro de cómo el gobierno intentó cumplir esas promesas fue la creación de la colonia agroindustrial Lázaro Cárdenas, ubicada hoy en Meoqui, Chihuahua. Esta localidad nació un lunes 3 de diciembre de 1934 bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, como parte de un proyecto agrario para otorgar tierras a los exrevolucionarios.
El Archivo Histórico de la Asociación Civil de Usuarios del Distrito de Riego 005 ha compartido documentos hallados recientemente y que son clave sobre la fundación de esta colonia, entre ellos, un decreto oficial y mapas que revelan cómo 5 mil hectáreas fueron divididas en 383 parcelas, algunas de las cuales fueron entregadas a viudas o descendientes de combatientes que exigieron su derecho a la tierra, cómo lo marcaba la ley.
Este tipo de proyectos a cargo de la federación no solo buscaba el reparto de tierras, sino también la paz del país. Después de la Revolución, muchos veteranos participaron en nuevos alzamientos armados, debido a la falta de oportunidades laborales y la marginación sistemática que el nuevo entorno civil podía brindarles. La creación de colonias como Lázaro Cárdenas tenía como objetivo desviar esas energías combativas hacia la construcción de una nación más estable económicamente, ofreciendo a los excombatientes la oportunidad de cultivar sus tierras y contribuir a la economía nacional, a través de las actividades primarias.
Aunque algunos campesinos lograron acceder a tierras, la realidad para muchos fue una continuación de la marginalización que ya enfrentaban. Los procesos de reparto agrario fueron lentos, y muchos veteranos murieron antes de recibir los dotes que se les habían prometido lo que obligó a sus familiares, en especial a las mujeres, a continuar la lucha por esos derechos.
La vida para estos veteranos, al igual que para muchos otros soldados de la Revolución, no fue sencilla. Mientras algunos lograron integrarse de nuevo al Ejército Mexicano, otros tuvieron que enfrentar la vida civil; otros continuaron enfrentando dificultades económicas. Los proyectos como el de Lázaro Cárdenas ofrecían una esperanza en el futuro.
A pesar de las dificultades, colonias como Lázaro Cárdenas se convirtieron en un símbolo de resistencia, un recordatorio de que la lucha de los veteranos no terminó en el campo de batalla, sino que continuó en la búsqueda de un futuro, un futuro por el cual habían luchado.
Hoy, a casi 90 años de su fundación, este asentamiento sigue siendo un testimonio vivo de aquel destino de los soldados de la Revolución Mexicana y su legado en la historia de Chihuahua y en especial del Distrito de Riego 005.
Mientras que la Revolución prometió grandes cambios, la vida post-revolucionaria de los soldados fue una mezcla de integración al nuevo orden civil, migración, rebelión y marginación. La colonia Lázaro Cárdenas representa un esfuerzo por parte del gobierno para cumplir aquellas promesas, pero también refleja las luchas continuas de los soldados que, a pesar de no ser un lucha de armas, si lo era de burocracia.
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