Memorias de Chihuahua
Estamos a poco menos de un mes para festejar de nueva cuenta el aniversario luctuoso del general Francisco Villa. Sin embargo, los organizadores de dicha festividad tienen más que definido tirar la casa por la ventana, pues se conmemora el centenario de aquel momento en que se estremecieron las calles de Parral y las de todo México; son 100 años de aquella emboscada en la que, de una forma cobarde, le arrebataron la vida al Centauro del Norte. Este suceso marcó de manera significativa la historia contemporánea del país, pues habían asesinado a uno de los líderes revolucionarios más influyentes del país. Fue así que este suceso se volvió merecedor de ser recordado, al grado de poseer una festividad propia a manera de santo patronal. En el artículo que nos compete el día de hoy, haremos una revisión breve sobre el origen de estos festejos que se han encargado de dar a conocer mucho de la historia y cultura norteña.
La historia de las Jornadas Villistas tiene comienzo hacia el año de 1992, ya que, en esa fecha, se celebraban los 100 años de aquella cruenta batalla sucedida en la época porfirista entre los tomochitecos y las fuerzas federales. Dichos festejos resultaron ser un éxito, ya que se contó con una considerable afluencia de personas de distintos municipios de la región en las diversas actividades culturales que compusieron los 100 años de la batalla de Tomochic. Lo anterior motivó a varias personas apasionadas- entre ellas el historiador Jesús Vargas- por el tema de la revolución mexicana a realizar diversas gestiones con el propósito de realizar lo mismo solamente que teniendo como figura central al general Villa. Fue así que para 1993 –a 70 años del asesinato del general Villa- se realizaron las primeras jornadas villistas en el mes de julio.
Durante esta primera edición, las jornadas aun no gozaban de la popularidad de la que actualmente gozan, e incluso, ni si quiera llevaba por nombre “Jornadas Villistas”, sino que solo se le conocía como “Las fiestas de julio”, ya que, durante ese mismo mes, también se festejaba el aniversario de fundación de San José del Parral. No fue sino hasta 1995 cuando por primera vez las autoridades comenzaron a llamar formalmente esta festividad como las jornadas villistas, opacando inclusive el de la fundación.
Es importante recalcar que conforme se realizaban las diferentes ediciones, diferentes actividades se iban sumando y que posteriormente se volverían actos obligatorios cada año. Tal es el caso de la gran Cabalgata villista, la cual tuvo su primer recorrido en el año de 1995; dicho recorrido ecuestre fue organizado en un primer momento por el licenciado José Salcido Gómez, quien, al tener una verdadera admiración por el general, decidió reunir a un grupo de cabalgantes para recrear las rutas recorridas por Francisco Villa; así mismo, la recreación del asesinato del centauro del norte es uno de los platillos fuertes en la celebración de las jornadas. La primera escenificación se realizó en 1993, la cual estuvo a cargo por trabajadores administrativos y varios alumnos del Conalep, quienes se encargaron también de crear el ambiente de aquella época.
Muchas son las actividades y cambios al interior de estos festejos, pero lamentablemente es poco el espacio el que tengo en esta sección. Lo que sí puedo asegurar, es que cada edición de las jornadas ha dejado su grano de arena para posicionar esta festividad como una de las más grandes e interesantes a nivel estatal y nacional, pues en varias ocasiones múltiples televisoras –como lo fue televisa- se encargaron de dar publicidad en todo el país sobre estas fiestas. No queda más que sentir orgullo, sea uno parralense o no, por este baluarte histórico y cultural llamado Parral, pues al final de cuentas, nos une la identidad chihuahuense.
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