Memorias de Chihuahua
Hoy recordamos la vida de un destacado líder militar y político que dejó su huella en la historia de Chihuahua: el General José Quevedo. Nacido en Casas Grandes, Chihuahua, el 12 de enero de 1889, fue hijo de José Quevedo y Susana Moreno.
Desde temprana edad, demostró una inclinación por el estudio y la política. Realizó sus primeros estudios en su tierra natal y, hacia 1908, se unió al movimiento magonista, estableciendo una profunda conexión con Práxedis G. Guerrero.
En 1911, se unió al movimiento maderista bajo el mando del capitán Francisco Miranda, desplazándose hacia el estado de Sonora. Sin embargo, en febrero de 1912, Quevedo se unió al movimiento orozquista, liderado inicialmente por José Inés Salazar y Emilio P. Campa. Participó en diversas batallas en Chihuahua, Coahuila y Sonora, aunque sufrieron varias derrotas que los obligaron a regresar a Chihuahua.
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En marzo de 1913, Quevedo se rindió ante el gobierno de Victoriano Huerta, quien le otorgó el grado de mayor y lo incorporó al regimiento de caballería bajo las órdenes del general Máximo Castillo, dentro de la brigada comandada por el general José Inés Salazar. Operó en el estado de Chihuahua, combatiendo a la División del Norte villista, que gradualmente se apoderó del estado hasta la histórica batalla de Ojinaga el 10 de enero de 1914.
Después de esta derrota, Quevedo huyó a los Estados Unidos, pero en enero de 1916 se unió a las fuerzas villistas y operó en el estado de Chihuahua contra las fuerzas de Francisco Murguía. Tras sufrir derrotas en mayo de 1918, se rindió al gobierno de Venustiano Carranza y quedó a disposición del cuartel general de la Jefatura de Operaciones Militares de Chihuahua.
Durante la rebelión delahuertista, Quevedo se mantuvo leal al gobierno y colaboró con el general Martínez en la campaña contra las fuerzas rebeldes del estado de Veracruz, lideradas por el general Guadalupe Sánchez. En febrero de 1924, fue ascendido a general de brigada y puesto al mando del 27o. Regimiento de caballería.
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En 1929, combatió a las fuerzas escobaristas en la 4a. Zona Militar. Posteriormente, en 1932, fue elegido gobernador constitucional de Chihuahua. Durante su mandato, enfrentó el recrudecimiento del conflicto religioso en Chihuahua, que ya había concluido en el resto del país, y presenció la muerte de Pedro de Jesús Maldonado, considerado un mártir por la Iglesia Católica y posteriormente canonizado.
Al finalizar su gestión en 1936, Quevedo fue nombrado jefe de la 16a. Zona Militar con sede en Irapuato, Guanajuato. Posteriormente, ocupó diversos cargos militares importantes, como la 26a. Zona Militar, la primera Zona Militar y la guarnición de la plaza de México, hasta 1948. Además, estuvo al mando de la 6a. y 8a. Zona Militar.
En 1958, Quevedo se convirtió en senador de la república por su estado natal, representándolo en las Legislaturas XLIV y XLV hasta el 31 de agosto de 1964. Sin embargo, su reputación se vio manchada por un trágico suceso: el 12 de marzo de 1938, dio muerte al legislador Ángel Posada en Ciudad Juárez.
El General José Quevedo falleció el 18 de enero de 1967 en El Paso, Texas, dejando un legado controvertido pero innegablemente relevante en la historia de Chihuahua. Su carrera militar y política, marcada por alianzas y enfrentamientos, refleja los turbulentos tiempos en los que vivió y su compromiso con su tierra natal.
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