Memorias de Chihuahua
El señorío de Casa Grande, actual monumento nacional de Estados Unidos, se encuentra en la parte sur de Arizona, a 57 millas al sureste de Phoenix y a 65 millas al noroeste de Tucson. Este sitio fue una parte integral del imperio paquimense, cuya capital era la ciudad de Paquimé en donde residía la élite de la cual ejercía su influencia sobre una extensa región que abarcaba una parte importante del suroeste de Estados Unidos. Durante su apogeo, el imperio paquimense estableció una red de señoríos y asentamientos en diferentes lugares, incluyendo Casa Grande. El señorío de Casa Grande, al estar dentro de esta estructura política más amplia, compartía la misma cultura, arquitectura y sistemas de organización social que caracterizaban al imperio paquimense.
La conexión entre ambos sitios evidencia los vínculos y la expansión territorial que tuvo lugar durante la época prehispánica en esta región.
Estas ruinas son dos asombrosos testimonios del pasado precolombino de América. Aunque se encuentran en diferentes países, estas ruinas están vinculadas por ser parte del mismo antiguo imperio paquimense. A través de un análisis histórico, exploraremos las similitudes y conexiones entre estas dos importantes zonas arqueológicas.
La Civilización de Paquimé fue una cultura floreciente que prosperó en lo que hoy son los estados de Arizona, Nuevo México, Chihuahua y Sonora en México. Durante un periodo que abarca desde el año 700 d.C. hasta el 1450 d.C., las comunidades de esta región desarrollaron sistemas agrícolas sofisticados y construyeron impresionantes estructuras de barro.
Las Ruinas de Casa Grande, ubicadas en el Parque Nacional Casa Grande, son el remanente de una antigua comunidad agrícola perteneciente a la Civilización de Paquimé. Este conjunto de estructuras cuenta con una gran casa central, la Casa Grande, que se destaca por su tamaño y complejidad arquitectónica. Estas ruinas nos permiten vislumbrar la vida y las habilidades de una sociedad que dependía del control del agua para su subsistencia.
El primer registro histórico de la zona de Casa Grande lo proporciona el Padre Eusebio Francisco Kino, misionero de los indios de Sonora. Escuchó rumores sobre una Gran Casa a orillas del Gila, por parte de los indios que vivían cerca de San Xavier del Bac, donde el Padre Kino había establecido una pequeña misión. Finalmente, en noviembre de 1694, el Padre Kino emprendió un viaje para visitar esta maravilla de la cual los indios hablaban con temor supersticioso, y lo relata de la siguiente manera (Memorias de Pimería Alta de Kino, páginas 127-129):
"La Casa Grande es un edificio de cuatro pisos, tan imponente como un castillo y tan hermoso como la más bella iglesia de estas tierras de Sonora. Cerca de la Casa Grande, hay trece casas más pequeñas, en un estado más ruinoso, así como las ruinas de muchas otras estructuras, lo cual evidencia que en tiempos antiguos existió aquí una vibrante ciudad. Además, he tenido conocimiento, oído y en ocasiones presenciado, que más hacia el occidente, el norte y el oriente, se encuentran otras siete u ocho de estas grandes construcciones antiguas, así como ruinas de ciudades completas, con numerosos metates rotos, tinajas, carbón, y demás vestigios de épocas pasadas.”
Por otro lado, las Ruinas de Paquimé, también conocidas como Casas Grandes, se encuentran en el estado de Chihuahua, México. Esta antigua ciudad fue la capital comercial y cultural de esta civilización. Paquimé destacó por su arquitectura única, con estructuras de barro y elementos decorativos que reflejaban una gran habilidad artesanal. Los arqueólogos han descubierto complejos sistemas de almacenamiento, rutas comerciales y evidencias de una sociedad altamente organizada.
A lo largo de los años, los estudios arqueológicos han revelado conexiones entre las Ruinas de Casa Grande y las Ruinas de Paquimé. Se han encontrado restos de cerámica similar en ambos sitios, lo que sugiere un intercambio cultural y comercial entre estas civilizaciones. También se ha observado una similitud en las técnicas de construcción y el diseño arquitectónico, lo que respalda la teoría de que ambas comunidades compartían conocimientos e influencias.
Las Ruinas de Casa Grande en Phoenix y las Ruinas de Paquimé en México son testigos vivientes de una época pasada. Estas complejas estructuras nos permiten adentrarnos en la historia de la civilización más importante en norte America. A través de sus similitudes arquitectónicas y las evidencias de intercambio cultural, estas ruinas nos muestran cómo las antiguas comunidades se conectaban e interactuaban en un amplio imperio antiguo dividido en grandes señoríos en diversas zonas en los desiertos de los estados antes mencionados. Explorar estas ruinas nos invita a reflexionar sobre nuestro pasado compartido y la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico binacional.
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