De jinete a criminal: Humberto Mariles pasó sus últimos años en una celda de París

Humberto Mariles logró superar límites con su caballo Arete en los Juego Olímpicos de Londres, sin embargo, su vida cambió de rumbo precipitadamente

Carlos Franco | Archivo Histórico Municipal de Hidalgo del Parral 

  · sábado 28 de octubre de 2023

Foto: Archivo Histórico de Parral

Memorias de Chihuahua

La historia de Humberto Mariles se encuentra entre la gloria, la decadencia y el oprobio. Fue un hombre que logró superar límites con su caballo Arete, casi un Pegaso, ya que logró brincar más de dos metros en los Juego Olímpicos de Londres, sin embargo, el tiempo le puso freno… Estuvo en dos ocasiones en prisión, primero en Lecumberri en Ciudad de México, luego en una cárcel en Paris, Francia. Si bien, la biografía de Mariles es para muchos la de un deportista virtuoso, aunque sus últimos años concluyen con desgracia para su trayectoria.

Humberto Mariles cumplió recientemente un centenario de su nacimiento en Parral. Fue hijo de un coronel, Antonio Mariles, y de doña Virginia Cortés. Desde pequeño había aprendido a montar caballo y apenas al cumplir doce años entró al Colegio Militar, en donde aprendió a ser un hábil jinete. Logró destacar dentro de la milicia ya que alcanzó los grados de teniente, coronel y general.

Foto: Archivo Histórico de Parral

Mariles fue un deportista apasionado y entregado a la equitación. Su carrera no sólo la construyó compitiendo en los campos y arenas olímpicas montando a caballo, también llegó a enfrentar a presidentes como a Miguel Alemán.

En una ocasión el caballista, ya preparado para competir en los Juegos Olímpicos de Londres, el presidente Miguel Alemán le cancela su viaje, ya que pensaba que los jinetes no tenían posibilidad de conseguir una victoria y menos con el caballo Arete, el cual estaba tuerto. A pesar de ello, Mariles pagó su traslado a tierras londinenses, donde cabalgo hasta la victoria en aquella competencia.

Foto: Archivo Histórico de Parral

El caballista había logrado un récord en aquellos Juegos Olímpicos en 1948. Con su caballo Arete había brincado dos metros con veinticinco centímetros. Además, había ganado dos medallas de oro en salto individual y por salto por equipos; y una de bronce en equipo de tres días. Tras esta victoria el presidente Miguel Alemán había rectificado su posición y termina por felicitar y reconocer al deportista parralense.

Mariles logró fama tanto a nivel nacional como mundial. En Italia fue recibido por el Papa Pío XII; en Londres conoció al Rey Jorge; mientras que, en el continente americano, en Estados Unidos tuvo un encontró con el presidente Harry S. Truman y en Canadá por el secretario de Estado Sir Alexander.

Foto: Archivo Histórico de Parral

Retornó a Parral después de su victoria en los Juegos Olímpicos de Londres, ahí la gente lo acogió con mucho orgullo. En la Plaza Principal con un amplio público, según cuenta Rubén Rocha Chávez, ahí ante diversas autoridades fue proclamado como “Hijo predilecto de Parral”. Esta no sería su última visita a esta ciudad, al siguiente año regresó, en 1949, en donde realizó una demostración ecuestre en el Estadio; con los fondos recaudados de aquel evento se destinó el dinero para mejorar el Parque del Niño. El último día de aquella estancia en Parral visitó el Santuario de Guadalupe, en el cual entregó aquel donativo.

Después de aquellos años de gloria, en donde su carrera había alcanzado su mayor esplendor, su vida se precipitaría a una desgracia. En 1964, Mariles había asesinado a un hombre, en un percance vial, en el cual tuvo una pelea con un conductor. Tras aquel percance, el caballista pasó algunos años en Lecumberri.

Foto: Archivo Histórico de Parral

En 1972, el deportista viajaría a París para comprar unos caballos. En un restaurante, en el cual estaba reunido con dos personas fue detenido por tráfico de droga. Ahí pasó preso sus últimos años en una celda de París en la cual fue envenenado. Hasta el momento su muerte continúa siendo un misterio.

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