/ miércoles 13 de noviembre de 2024

¡Viva Villa! No fumaba ni bebía tampoco uso moto

Doroteo Arango libró la muerte en varias ocasiones, a los dieciséis años estuvo detenido por robar un burro con víveres y por haber herido a un hacendado por intentar deshonrar a Martina, su hermana.

En esa época a las personas privadas de la libertad se les conminaba a escapar y cuando se echaban a correr les disparaban por la espalda a eso era lo que se llamaba “Ley fuga”. El carcelero del joven Doroteo tenía la orden de aplicarle esta ley, pero al verlo desvalido le perdonó la vida.

Doroteo, se cambia el nombre de Doroteo Arango por el de Francisco Villa. Guadalupe Villa nieta del revolucionario señala que su abuelo adoptó dicho nombre por su abuelo materno, Jesús Villa.

Ya en Chihuahua el General Francisco Villa se reúne con Don Abram González, el cual ya tenía fuerza dentro del movimiento revolucionario ya que era Presidente del Partido Antirreeleccionista. Villa acude a esta cita acompañado de dos de sus hombres los cuales iban bien armados, se cuenta que al verlos Don Abraham les dijo: “Guarden esos cohetes muchachos, que no hay nada que temer, estamos solos”, a partir de ese momento Don Abraham y Francisco Villa fueron grandes amigos, tal es el caso que existe una fotografía donde el General Francisco Villa carga sus restos saliendo del Palacio de Gobierno durante su funeral, restos que fueron depositados en el “Panteón de la Regla”.

Ya en los comienzos de la lucha armada, Villa entra disfrazado a Parral disfrazado de carbonero para ver qué tan fuerte estaba el enemigo. Concluida la tarea, se reunió con un compañero de tropa, en el trayecto se encontraron a un oficial que los reconoció, Villa pronto pensó que en breve este mandaría gente para perseguirlos y así fue.

Para protegerse ocultaron los caballos y se internaron en el monte, se refugiaron en una choza, a media noche escucharon ruidos, eran los federales, como solo existía una puerta escaparon cada uno por su lado para posteriormente reunirse, una vez más Villa salva su vida a pesar del ruido de su ropa de lona fría y su respiración.

En Columbus Nuevo México, se negaron a entregarle armas al Villa, las cuales ya estaban pagadas, argumentando que no querían tener negocios con bandidos y que no devolverían nada. Villa envía a sus contingentes a Columbus atacando las propiedades de los hermanos Rabel, ante ello ingresaron efectivos estadounidenses a México en busca de Villa, bajo el mando del General John J. Pershing.

Una empresa fundidora estadounidense ofreció 50 mil pesos por la cabeza de Villa, finalmente en 1917 se firmó un documento nacional para que las tropas invasoras se fueran de México, más de medio año de buscar a Villa las fuerzas extranjeras y no lo lograron.

Finalmente, el General Francisco Villa muere en Parral, Chihuahua, en el interior de su automóvil siendo enterrado dos días después en el panteón de Parral, donde actualmente se encuentran sus restos en el monumento a la Revolución.

¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!