El pasado mes de febrero, un estudiante de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez fue detenido por elementos de la policía municipal, bajo sospechas basadas en prejuicios debido a su apariencia, pues nuestro compañero usa el pelo largo. Fue acusado de deambular en estado de ebriedad para más tarde, ser llevado a la fuerza y agredido físicamente en las instalaciones de la Policía Municipal.
Lo que inició como una supuesta falta administrativa, pasó a ser una horrible humillación sexual, plenamente documentada y evidente de acuerdo a los procesos legales que se han seguido en defensa de nuestro compañero.
El nuevo lema (aunque ni tan nuevo, puesto que Jorge Quintana en 2006 acuñó el mismo eslogan) de la administración 2018-2024 es “Somos UACJ”, por lo que supondríamos que TODA la comunidad universitaria, encabezados por nuestras autoridades, tendríamos la responsabilidad institucional de establecer un posicionamiento público ante las dependencias municipales para exigir justicia ante los actos de violencia contra nuestro compañero. Con tristeza, vemos que esto no ha pasado.
En contraste, en un claro ejemplo de dignidad y solidaridad, un grupo de estudiantes se manifestaron ante la Fiscalía General del Estado y recientemente realizaron una marcha hacia la presidencia municipal con la intención de expresar de manera ordenada su indignación en el órgano máximo de autoridad en el Municipio, que es el Cabildo Municipal y en donde además, se trataría como último punto, el caso del universitario agredido.
Sin embargo, una vez más, el llamado Cabildo Abierto en donde los ciudadanos pueden establecer una postura y emitir opiniones ciudadanas, no fue tan abierto después de todo.
Resulta evidente la cerrazón de la postura de un gobierno municipal al no permitir la entrada de los jóvenes a un espacio ciudadano.
Ante estos hechos, la UACJ ha permanecido evidentemente muda, e incluso operando en contra de una legítima organización colectiva que busca manifestar el repudio a la injusticia. De hecho, fueron frecuentes las quejas entre los jóvenes sobre la sospecha de que las autoridades universitarias ordenaron a los administradores de las redes sociales de la UACJ bloquear los esfuerzos para la organización de esta manifestación, para que la comitiva no fuera muy grande.
Las razones, podríamos especular, pero es un hecho que nuestras autoridades no quieren molestar al presidente municipal. Es una verdadera pena que nuestra universidad siga perdiendo su postura de contrapeso ante otros organismos públicos; que quienes dirigen nuestra universidad nos sigan distanciando de los problemas de la comunidad, con posturas injustificadas, vergonzosas y contrarias a nuestro eslogan institucional: “Somos UACJ”.
En este sentido, los miembros del colectivo Universidad Democrática exigimos al Rector establezca un fuerte posicionamiento a nombre de TODA la comunidad universitaria, desde el importante papel que la Universidad debe asumir, para exigir respeto a nuestros estudiantes tanto de la Policía Municipal como del Alcalde.
Y de paso, asumir la responsabilidad de la Universidad como formadora de ciudadanos, abandonando una posición pasiva ante las injusticias y problemáticas de nuestra comunidad.
Nuestros jóvenes merecen respeto, merecen ser escuchados, merecen ser acompañados y merecen ser tomados en cuenta. Entendamos que defender a nuestros estudiantes ante los abusos es contribuir a mejorar las condiciones de vida de nuestra comunidad.
Porque Todos Somos UACJ y nuestros jóvenes TAMBIÉN.